Es la única mujer en la dirección creativa de la joyería de lujo. Entró a Bulgari hace más de 35 años como asistente y hoy viaja por el mundo seleccionando piedras preciosas para la marca romana
Por Cata Greloni Pierri
Foto Gentileza Lucía Silvestri
Cuando Lucía cumplió los 18 años, estudiaba Biología y casi de casualidad entró a trabajar en Bulgari como asistente de los hermanos Nicola y Paolo. El departamento de gemas de la empresa que había fundado en Roma, en 1884, Sotirios Boulgaris (abuelo de los hermanos), la estaba esperando con los brazos abiertos.Ella se enamoró al instante de la energía y el color de sus piedras.
Con los años, fue ganando confianza y se convirtió en una experta en la adquisición de gemas. Hace cinco años sumó un laurel más: el de la dirección creativa de la joyería de lujo que más historia tiene, logrando ser la única mujer en el mundo que ostenta este cargo.
Convivimos accedió a una entrevista exclusiva con Lucía Silvestri desde el local más representativo de Bulgari–el preferido de Elizabeth Taylor–, en la Vía Condotti, en Roma, con más de cien años de historia.
¿Cómo se convirtió en una experta en joyería de lujo?
Exigió mucha dedicación, práctica y oficio. Al llegar a la empresa, me enamoré inmediatamente de las gemas y aprendí mucho de los miembros de la familia Bulgari, que son los mejores maestros del mundo de la joyería. Se puede decir que fui la persona que estuvo en el momento y en el lugar justos: Nicola y Paolo se encontraban buscando a alguien que pudiera viajar con ellos a comprar piedras preciosas, y al ver mi pasión por ellas, decidieron invertir tiempo, confianza y educación en mí.
¿Qué es lo más fascinante del ADN de la marca?
Cuando empecé a trabajar, hace 30 años, éramos muy osados y distintos a los otros joyeros contemporáneos. Siempre jugamos mucho con el color de las piedras y la combinación de estas con semipreciosas (aunque está mal llamarlas así, deberíamos denominarlas como “gemas de color”). Otra característica típica del ADN de Bulgari es el corte cabochon–o pulido redondeado– de las piedras. Es una innovación de la casa, que no teme implementar nuevas técnicas, jugar con los colores, con los tamaños de las piedras y mezclar diseño y piedras de gran valor con otras gemas más económicas.
“Mi primera lección fue no comprar una gema solo por su belleza, sino sabiendo qué harás con ella”.
¿Dónde se consiguen las piedras preciosas?
Por todo el mundo, hay que viajar mucho. Yo soy la Indiana Jones de la joyería de alta gama. Me paso medio año fuera de Italia buscando zafiros, mis preferidos, en Sri Lanka. También hay zafiros en Tailandia, a donde voy a comprar rubíes, que son difíciles de conseguir. En Jaipur, India, consigo muchas piedras semipreciosas, y en los Estados Unidos, diamantes. Luego, viajo a las ferias de piedras de Hong Kong y a los remates de diseños importantes, en Ginebra, donde siempre trato de recuperar diseños vintage de la marca, pero a veces no puedo por cómo han aumentado su valor a lo largo de los años.
¿Por qué los zafiros son su piedra favorita?
Son mis preferidos porque los uso desde mis comienzos y por su diversidad. Los hay morados, verdes, ámbar, amarillos, rosas y violetas, y puedo jugar con ellos y combinarlos. Si tengo que elegir una sola, mi piedra favorita es de corte paparaccia, entre naranja y violeta, el color del cielo cerca del atardecer, que uso mucho en mis diseños.
¿Cómo es el proceso de diseño en la joyería de alta gama?
Es bastante largo, puede tardar un mínimo de dos semanas y hasta cuatro meses, y cada colección tiene alrededor de 200 piezas entre brazaletes, pendientes, collares, broches y anillos. Una de las primeras lecciones que me dieron los hermanos fue no comprar una gema solo por su belleza, sino que debés saber qué harás con ella. Cuando ya tengo las piedras, las exhibo, las toco, las combino y empiezo a generar flores o dibujos con ellas para inspirarme en el armado de piezas y jugar con sus formas y la armonía de los colores. Trabajo con un grupo de diseñadores,con quienes debatimos qué metal acompañará a cada piedra, qué cadenas o nexos habrá entre ellas. El diseño de los eslabones entre gema y gema nos diferencia de otras marcas.
¿Cuánta gente trabaja en su producción?
Somos cuatro compradores, seis diseñadores y yo, además de los operarios que cortan las piedras y arman los diseños. Mi posición es bastante única en el mundo de la joyería. Primero, por ser la única mujer en este mercado; y segundo porque, por un lado, soy quien negocia la compra de las piedras y, por el otro, me encargo de la dirección creativa. Otras compañías compran piedras preciosas, perlas y diamantes, pero no están involucradas en toda la cadena,desde la gema hasta su armado.
¿Qué representa para usted la joyería?
Es un accesorio fundamental de la mujer, ideal para resaltar la belleza natural. Además, las piedras son energéticas:cuando me siento mal, las froto y mi humor mejora. Como el perfume, no se debería salir a la calle sin un par de pendientes, un collar o un anillo. Yo exagero, porque me gusta usar varios a la vez: pulseras, pendientes, collares, pero cada mujer debería tener joyas para lucir, porque es parte de nuestra personalidad. En términos de valor, desde la joya más pequeña de Bulgari hasta las piezas de alta gama, todas tienen un nivel de artesanía y detalle increíble. Son obras de arte para usar y debieran ser como una segunda piel: no deben ser ni rígidas ni difíciles de usar, y deben poder combinarse con un jean y una camisa blanca,pero también con un vestido de fiesta.
La evolución de la joyería
“Cuando comencé, hace más de 30 años, podía encontrar y comprar rubíes, zafiros y esmeraldas con mayor facilidad y a precios razonables. Ahora es una locura”, se lamenta Lucía Silvestri. En aquellos tiempos, viajaba más seguido y las piedras preciosas tenían un valor diez veces menor al actual, por la poca oferta en el mercado. Además, comenta que el 70 por ciento del valor de una pieza de alta gama se debe al costo de las piedras y un 30 por ciento al diseño artesanal y a la marca.En el caso de Bulgari, son en su mayoría diseños únicos. Al comprar joyería, la directora creativa recomienda prestar atención a la creatividad del diseño, además de a la calidad de la gema y del armado, y apostar siempre por una pieza especial, pero que sea atemporal y liviana, para poder llevar en varias ocasiones de uso.
