Brenda Churin: El beach vóley como espacio de libertad

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Con solo 21 años, pasó por diferentes selecciones de vóley indoor y se animó a dejar todo eso para pasarse al beach. Participó de los Juegos Olímpicos de la Juventud y aspira a jugar los de mayores este año.

Foto Juana Peralta

El vóley es parte de su familia: su mamá, su papá y su hermana mayor están vinculados a este deporte. Sin embargo, las primeras opciones por las que se inclinó Brenda Churin en la infancia fueron el hockey y el handball. En casa, a la hora de hacer ejercicios en el patio o jugar un rato, la pelota disponible fue siempre la de vóley. A los 11, lo inevitable sucedió y comenzó a jugar en el Club Universitario de La Plata. Allí dio los primeros pasos de un camino a través del cual su talento la condujo a un ritmo velocísimo.

Solo dos años después, a los 13, jugó en la categoría más alta de su club: “Mi viejo dirigía ahí, justo se lesionó la líbero y la suplente era mi hermana, que estaba jugando otro torneo. Me preguntó ‘¿Te animás a jugar aunque sea un rato?’, y dije que sí, más de cararrota que otra cosa”, recuerda hoy. Jugar con mayores se hizo habitual y, teniendo 13, fue parte de un torneo sub-21 donde la vieron los entrenadores de las selecciones juveniles nacionales. Fue convocada a su categoría y también a una más grande, y llegó a entrenar con la selección mayor, pero no se sentía del todo cómoda: “Me gustaba, pero era un ambiente bastante pesado en ese momento, con entrenadores demasiado exigentes para la edad que teníamos nosotras. Y, bueno, empecé a dudar de si realmente quería seguir”. 

  • ¿En ese momento aparece el beach vóley?

Yo ya jugaba beach desde chica, acompañaba a mi hermana a torneos y me metía. Pero ahí se me presentó la posibilidad de participar del campus previo a los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se hacían en Buenos Aires. Era otro camino que podía darme el cambio que yo necesitaba en ese momento en que me sentía medio agobiada. Y lo tomé. Me arriesgué y agradezco haberlo hecho.

  • ¿Cuánto pesó la posibilidad de estar en los Juegos en la decisión?

Bastante. Este deporte me dio muchas cosas lindas, muchas competencias importantes: torneos de mayores, mundiales, los Juegos de la Juventud, circuitos nacionales; y ahora se vienen unos Panamericanos sub-23 y la posibilidad de clasificar a Tokio. Disfruté mucho el camino que elegí.

  • ¿También disfrutás más el juego? ¿Es más divertido que el vóley indoor?

No sé si es más divertido. Lo que más me dio el beach es esa libertad de estar jugando al aire libre, viajando con equipos más reducidos. Es un deporte mucho más familiar que el indoor. Eso lo disfruto. En el indoor te pasás todo un torneo dentro de un club, solo viendo partidos de vóley, encerrada. Al cambiar, en beach vóley empecé a disfrutar un poco más esa libertad.

  • ¿Se necesita más personalidad para jugar beach vóley?

Creo que la personalidad se pone más en juego en beach vóley, porque somos dos jugadoras nada más. En cambio, en indoor son seis, y hay seis más en el banco que pueden entrar. En el beach vos te tenés que bancar los momentos de presión, de angustia, la frustración, todo. Creo que este deporte hace el carácter y que la gente con un temperamento ya marcado es la que más puede jugarlo y crecer en este ambiente, porque no es fácil bancarte tantas sensaciones y momentos compartidos. La competencia es muy importante para formar un carácter específico en beach.

  • Y el vínculo con tu compañera es crucial…

Sí, es reimportante, porque siendo dos es imposible que te lleves mal con ella. No hay otra. Además de que somos solo dos, no hay cambios. Creo que cuanto más fuerte es el vínculo afuera, mejor te va adentro de la cancha. Con Vir [N. de la R.: Virginia Zonta, su compañera] las dos somos tranquilas, con temperamentos similares. Obviamente, tenemos nuestro carácter en partidos que son más difíciles, que son más intensos y necesitan más de ese power. Pero no somos jugadoras que nos pasamos de rosca o que no podemos controlar esa intensidad y esos momentos altos del partido. Nos bajamos rápido a tierra y podemos manejar el partido estando más tranquilas y no tan eufóricas, con desesperación. Nos complementamos bien.

  • ¿Te dan ganas de volver al indoor?

Estoy muy enfocada, pero podría volver a hacer como en 2019: cuando terminó el mundial en Tailandia, no tenía competencias por delante en beach, así que jugué indoor en Estudiantes hasta que terminó ese año. En beach todavía hay competencias que me gustaría vivir, como Panamericanos, Juegos Olímpicos o un circuito mundial. Son mis próximos objetivos, aspiro a tener muchas competencias más. 

¿TOKIO?

“Tratamos de no estar pendientes constantemente de las noticias que salen sobre la cancelación de los Juegos, porque todavía no está nada confirmado y hay un montón de rumores. En estos meses van a decir un montón de cosas, y supongo que van a esperar hasta último momento para decidir si cancelar algo tan importante. La postergación el año pasado fue un bajón, porque veníamos con un objetivo, enfocadas, y se canceló de golpe. Entrenar en nuestras casas y sin competencias no fue nada fácil”, asegura Brenda.