Sofía Reyes: “El éxito es poder hacer lo que más amo”

0
926

Con 26 años, la cantante mexicana es una de las artistas pop de mayor crecimiento en el continente. Desde muy chica dejó todo para perseguir su objetivo de desarrollar una carrera en la música. Y lo consiguió.

Sofía sube al escenario y se apodera del espacio inmediatamente. Lo recorre, baila, se planta, mira al público, a los camarógrafos, baila, salta, canta, sonríe, siempre en control de la situación. Disfruta y hace disfrutar al mismo tiempo. Se divierte y se nota. Volvió a la Argentina después de un par de años para presentar Mal de amores, su más reciente álbum, un cierre de época que abarca los últimos seis años de su vida (aunque en el medio haya salido su álbum debut, Louder!). 

A pocos días del lanzamiento, recibe la distinción de cuádruple platino. Uno de los singles es, además, número uno en las principales plataformas de streaming. Likes, views y reproducciones se cuentan por millones, y esta vez ella está lista para subirse a la ola y surfearla. No siempre fue así: tras su primer traspié en la industria, creyó que el sueño de ser artista había concluido; con su primer éxito masivo, pensó que no estaba a la altura de lo alcanzado. A sus 26, acomodó expectativas y presiones, y encara su trabajo de una forma más amable para con ella.

  • De algún modo, este disco comienza en mayo de 2016, cuando compusiste 1, 2, 3. ¿Ya pensabas en un disco en ese momento? ¿O cuándo toma forma el concepto de Mal de amores?

Sí, 1, 2, 3 salió hace mucho. Yo no sabía que iba a terminar sacando un álbum, adónde iba todo esto. Después de que hago la canción con Becky G Mal de amores, me cayó la idea de que el álbum se tiene que llamar así, porque este mensaje para mí es muy importante. Siento que a través de un mal de amor yo empecé a amarme más a mí. Para mí fue todo un trip entender que 1, 2, 3 fue el principio de esto. Aunque son muchos años, era importante meter todas estas canciones. Yo he crecido mucho, he cambiado mucho. Es como honrar este capítulo de mi vida.

  • Los consumos y los lanzamientos suelen ser más fragmentados, ¿qué importancia le das al disco?

No sé, la realidad es que no sabía si iba a ser disco o no, si iba a ser un EP o qué. Creo que tiene más que ver con un tema sentimental, con cerrar este ciclo. Era importante para mí, más desde lo personal, poder hacer este cierre. También fueron dos años, especialmente desde la cuarentena, donde yo iba mucho al estudio y entré en un wave creativo muy fuerte. No sabes la cantidad de canciones que hice con mi equipo, y no todas pueden ser singles. Quería compartir toda esta música que estoy haciendo en un paquetito.

  • Te fuiste a Los Ángeles a los 17, ya hace casi una década, ¿qué recuerdos tenés del momento en que tomaste la decisión de irte?

Yo venía de un grupo musical, y cuando me salgo de ese proyecto estaba en un lugar más apagado. Sentía que mis sueños ya se habían terminado, que esa era mi oportunidad y que ya la había perdido. Entonces, agradezco a mi familia, porque ahí mis papás, junto a Charlie y Paloma, mis managers, son los que estaban creyendo más en mí que yo misma. A mí, en ese momento, todo me valía. Ellos fueron los que me dijeron de esta oportunidad en Los Ángeles, para que fuera a ver qué pasaba, que explorara. Yo no creía tanto en mí o en que algo más iba a pasar, porque venía de un proyecto que no había dado resultados y estaba más chiquita. Les agradezco, a mis papás y a la gente que tenía alrededor en ese momento, porque ellos creían en mí más que yo.

  • ¿Cómo estás personalmente con eso de creer en vos? ¿Tu confianza creció?

Sí, mi confianza ha crecido mucho en estos años. Hablo mucho de esto, ya voy como siete años con mi psicóloga. Para mí, esta terapia, poder conocerme mejor, ha sido indispensable. Siempre digo que es algo en lo que todo el mundo debe invertir, primero que nada. Yo sentía que no merecía muchas de las cosas que estaba viviendo, no me sentía mejor con lo que me estaba pasando. Tenía que reconectar con todos estos sacrificios, todo lo que he hecho en el camino. De repente, a mí se me olvidaba. Era reconectar con mi camino, desde el principio. Ahorita estoy en una etapa diferente, lo agradezco mucho. Tengo sueños muy grandes y hay mucho más por hacer, pero desde otro lugar: desde la gratitud, desde aplaudirme también por todo lo que he vivido, lo que he hecho para estar en donde estoy. Y Mal de amores también fue mover muchas cosas de mí: lo que he vivido, la gente que he conocido, las frustraciones, los éxitos, los no éxitos. “Honrar”, esa es para mí la palabra ahorita. Honrar cada cosa de todo lo que he aprendido.

  • ¿En qué etapa sentías que no merecías lo que te estaba pasando?

Creo que fue un poquito después de 1, 2, 3 y R.I.P. Venía de compararme con historias de otras personas. He conocido artistas que me decían “Yo comía del basurero” o “No tenía un techo donde vivir”. Yo siempre he tenido lo que necesité, no me faltó nada. Pero, al final del día, el sacrificio viene de diferentes maneras, cada persona vive lo que le toca. Era poder reconectar con eso y con que realmente yo también he dejado muchas cosas, y el mío ha sido también un camino difícil. Me ha tocado vivir experiencias que han cambiado mi vida.

  • En alguna entrevista contaste que antes de Mal de amores nunca habías sufrido por amor y que te daba curiosidad ese sentimiento, hasta que lo descubriste. Era, de nuevo, eso de necesitar sufrir porque creías que no habías sufrido lo suficiente…

No lo había pensado así, pero es muy loco. Probablemente. Es que mis relaciones han sido muy bonitas, muy sanas, eternas, porque mis únicos dos novios fueron cinco años con cada uno, y yo tengo 26, así que imagínate. De repente sentí el corazón roto, realmente era un dolor físico. Ahí es cuando empecé a entender muchas letras de canciones, y era como un rollercoaster: sentía algo muy bonito y al mismo tiempo algo muy doloroso. También esta experiencia me obligó a verme más dentro de mí. Eran lugares que no conocía, y también eso dio lugar a la creatividad. De golpe fue todo muy intenso.

  • ¿Ahí aparece el peligro de creer que la creación y la inspiración tienen que surgir del sufrimiento?

Claro, lo ideal es escribir desde otros lugares, desde el enamoramiento que sientes, ya sea hacia una persona o ante la vida. Todo te puede inspirar. Por eso, para mí es importante, cuando tengo tiempos libres, darme una escapada de tres días con mis amigos a un lugar nuevo. Me permito mucho vivir y experimentar un poquito de todo. Soy consciente de que esta experiencia que fue horrible en cuanto al corazón me inspiró muchísimo, pero no quiero yo caer en ser ese tipo de artista que busca el masoquismo y el dolor para poder inspirarse. Ya lo viví y sí fue como “¡Wow!, nunca he escrito tanto en mi vida”, y eso fue loquísimo, pero creo que se puede escribir desde todos los ángulos, no solo desde ahí.

  • ¿Cómo medís el éxito? ¿Qué significa para vos un éxito?

Desde que escribí 1, 2, 3 y hasta que salió, pasó un año y medio. Luego hubo un proceso similar con R.I.P., o sea que en tres años y medio saqué dos canciones. Yo seguía escribiendo, pero las canciones no daban algo como lo que dio 1, 2, 3. Entonces, empecé a apagarme, a frenarme: “¿Para qué voy a hacer más música? Si no va a salir”, pensaba. Lo que yo quería era escribir y compartir. Fue un momento de mucha frustración, pero entendí después que, para mí, el éxito realmente es tener este espacio, esta oportunidad de poder crear lo que sea y compartirlo, más allá de los números o de a cuánta gente llegue. Eso ya es una consecuencia. El éxito es eso, poder hacer esto, que es lo que más amo. Pero me tomó tiempo entenderlo.

  • ¿Qué sigue a Mal de amores?

Vendrá la continuación, porque creo que el concepto es muy rico y no me gustaría que terminara aquí. Quiero seguir explorando un poco esta línea. Pero, a la par, en cuarentena empecé a escribir muchas baladas. Es más minimalista el asunto, un poco más poético. Me reconectó mucho con cómo empecé mi carrera, cuando subía covers a YouTube. Éramos el piano y yo, mucho más dramático, tal vez. Siento que es importante para mí también poder compartir este lado y creo que es el momento de hacerlo. Va a ser un álbum de baladas, no creo que tenga tantas colaboraciones. Y como que ahorita estoy en el trip de encontrar sonidos, instrumentos o frecuencias. 

MONTERREY

Nació en esa ciudad mexicana, donde todavía vive toda su familia. Su papá, músico aficionado, fue quien la sumergió en este mundo, llevándola a conciertos, enseñándole a tocar sus instrumentos, permitiéndole jugar en su estudio. Su abuela materna fue su maestra de piano desde los seis. Cada vez que puede, Sofía vuelve a la casa familiar: “Es muy importante reconectar con mis hermanos, con mi papá, con mi mamá. Yo crecí lejos de ellos, a mis hermanos les saco varios años, y cuando me fui eran muy chiquitos, pero quiero ser esa hermana con la que, aunque no está en la misma ciudad, puedan contar. Cada vez que vuelvo es un sentimiento medio bittersweet: sí es mi casa, porque es donde crecí; pero, al mismo tiempo, me siento ya de visita. Es un poco melancólico”.