La vida en bicicleta

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En Ámsterdam hay 450 kilómetros de bicisendas. Por eso, es considerada la capital de la bicicleta. Un increíble recorrido por esta ciudad que cuenta más bicis que personas.

Fotos Cecilia Casenave
Texto Fabián García

Aunque parezca una locura, en Ámsterdam, en las horas pico, hay congestionamiento en los bicicarriles. Al fin, una cuestión básica como que todos no pedalean a la misma velocidad cada tanto hace bajar de la bici a miles al mismo momento, en una especie de serpenteante ballet urbano. Para tener una idea de la dimensión que posee el uso de la bicicleta, las burocráticas estadísticas señalan que, en 2016, había 900 mil rodados y poco más de 800 mil habitantes en la capital holandesa.
En ese tren de dos ruedas, la hermosa Ámsterdam, surcada de canales y con edificios de siglos pasados a su alrededor, es una de las tres mejores ciudades del mundo para pedalear (las otras son Copenhague, en Dinamarca, y Utrecht, en Holanda). ¿Por qué esta clasificación? Para ser amigable con las bicis, una ciudad debe partir de parámetros como infraestructuras ciclistas, es decir, sendas especiales; apoyo de las administraciones comunales –para limitar el tránsito automotor o, incluso, premiar económicamente a los que usan estos rodados–; sistemas de bicis públicas; brecha de género entre los pedaleantes y reducción de la velocidad de los autos. Dicho de otro modo, no se trata solo de tener voluntad o placer, hay mucho trabajo y decisión colectiva detrás de la predisposición, sobre todo si se tiene en cuenta que es un medio de transporte más efectivo que los demás (analizándolo desde la ecuación velocidad/sustentabilidad).
Sin embargo, a la historia de la bici en Ámsterdam se le salió muchas veces la cadena. Dos hechos clave son los que terminaron de construir semejante adhesión. En los 60, la riqueza y el desarrollo de los holandeses los llevaron a dejar de lado su anterior cultura ciclística en favor de los autos. Resultado: ocuparon más del 80 por ciento del espacio público, a la par que produjeron una enorme cantidad de muertes por accidente. Nació así una fuerte resistencia de sus habitantes contra los automóviles, que incluyó protestas multitudinarias. El otro hecho fue en 1973, cuando, con la crisis del petróleo, el costo del combustible obligó a los holandeses a dejar de utilizarlo y sustituirlo por otros medios. En ese momento fue cuando terminó inclinándose la balanza en favor de las dos ruedas y el autotransporte, poniendo la ciudad a la vanguardia de un nuevo y más saludable estilo de vida.

La cultura de las dos ruedas se apodera de la ciudad.
Disfrutar en movimiento.
En bici, vale todo.
Parking de bicis de la Estación Central de Ámsterdam.

 

CECILIA CASENAVE

Nació en Córdoba, en 1979, es comunicadora social, fotógrafa, artista visual. Expone su trabajo en muestras colectivas e individuales, disfruta en sus viajes de retratar las personas, su paisaje y cultura. Colabora en medios de comunicación y desarrolla su labor como fotógrafa independiente a través de Estudio Móvil. Es creadora de Prado, fotos en objetos.
@cece.casenave @prado.bycece