Sin género: Así es el futuro de los perfumes

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No hay razones biológicas o naturales que justifiquen la división entre fragancias masculinas y femeninas. Con las cuestiones de género en primer plano, la industria del perfume se prepara para ofrecer aromas universales libres de estereotipos. 

Christian Dior dijo alguna vez: “El perfume de una mujer dice más de ella que su forma de escribir”. Pero en 2020, el concepto de un “perfume de mujer” se encuentra en vías de extinción. Todavía no es un fenómeno popular. Las vitrinas de las perfumerías continúan ofreciendo fragancias que se corresponden con la división binaria del ser humano: hombre y mujer. Ellas deben oler a flores con logos de colores pasteles, botellas curvadas y nombres femeninos. Ellos, en cambio, se caracterizan por aromas fuertes, colores oscuros, notas de cuero y madera con el prototipo que responde al de un hombre siempre valiente que huele a virilidad.   

Sin embargo, considerando la milenaria historia del perfume, la separación de las notas olfativas femeninas y masculinas es un fenómeno relativamente reciente. “En su génesis, los perfumes no tenían género, sino que solo eran parte de la elite social: la diferencia estaba dada por el acceso a ellos y no por ser hombre o mujer. Cuando se desarrolló la perfumería moderna, a principios del siglo XX, por una cuestión de estrategia de negocio se comenzó a discriminar por género: las flores se identificaron con lo femenino y las notas amaderadas con lo masculino. La historia cuenta que fueron las mujeres las primeras que se animaron a usar aromas varoniles, ellas lo tenían permitido, pero lo mismo a la inversa estaba mal visto por la sociedad”, cuenta la empresaria y experta en perfumes Marta Harff, de Perfumum Bue, una empresa premium de aromatización de ambientes y de artículos de cosmética.  

LA REVOLUCIÓN SIN GÉNERO

Son las estrategias de marketing basadas en construcciones culturales las que convirtieron a la industria del perfume en un negocio millonario. 

Hoy, sin embargo, muchas marcas internacionales lideran una revolución para eliminar los estereotipos y elaborar fragancias para todas las personas al margen de su elección de género. “Actualmente, el sector se está deconstruyendo hacia los perfumes neutrales en consonancia con los principios que trae el feminismo y la propuesta de un género universal no binario”, asegura la especialista. 

De acuerdo con Mintel, una agencia especializada en investigación de mercado con sede central en Londres, en 2010 los perfumes neutrales ocupaban el 17 por ciento de la oferta, mientras que en 2018 ese porcentaje había ascendido al 51. De hecho, en 2019, algunas marcas líderes del sector presentaron fragancias sin distinción de género, como Gucci y Celine, entre otras. 

“Hoy se imponen los perfumes neutrales en consonancia con los principios que trae el feminismo y la propuesta de un género universal no binario”.
Marta Harff

Pero no fueron las primeras. El perfume unisex tuvo su gran momento hace más de 25 años, cuando en 1994 Calvin Klein lanzó el CK One, una fragancia que difuminaba los límites de género con un aroma limpio y cítrico dirigido al uso común entre mujeres y hombres, y que, además, llegó para terminar con la dinastía de perfumes ostentosos y extravagantes como Poison, de Dior, y Opium, de YSL. 

El CK One fue un éxito total hasta el cambio de milenio, cuando las notas florales volvieron bajo la tiranía de la estrategia de ventas. Pero hoy, con los temas de género en primer plano, la tendencia parece consolidarse más allá del éxito de una sola fragancia. 

La idea que predomina actualmente entre “los narices” –aquellos expertos que combinan esencias a la perfección– es que cada persona use la fragancia que le queda bien, la que siente que encaja mejor con su personalidad. Y en esta ecuación el género no es una variable.  

EL VERDADERO AROMA DEL MARKETING

El concepto no binario del ser humano que considera que la identidad sexual es una elección personal pone de manifiesto que la división entre un tipo de aromas para mujeres y otro para hombres es una construcción del marketing. No hay nada natural ni biológico que nos haga preferir la madera, las flores o el tono ahumado.  

 “Que un perfume se sienta cómodo depende de cómo impacta sobre el pH de la piel, es un proceso independiente del género. Para saberlo hay que probarlo, dejarlo descansar y ver cómo evoluciona. Las notas van a combinarse con la química personal para dar un resultado único”, señala Harff. 

Hace un par de meses, Calvin Klein levantó la apuesta en el mercado con la presentación de CK Everyone –para todos–, una esencia cítrica como su antecesora, pero con un toque amaderado. 

La nueva propuesta no parece ser una locura. Basta con imaginar lo absurdo que sería que hubiera un tipo de comida para ellas y otro para ellos. En este caso, se trata de lo mismo, pero aplicado al sentido del olfato.  

FRAGANCIAS COMBINADAS

El afán por conseguir un aroma único devino en la costumbre de mezclar perfumes, como cuando se crean outfits con distintas prendas. “Muchas personas desean que el halo que dejan al pasar sea inédito, no quieren ser identificadas con ninguna marca en particular ni oler a tal o cual fragancia. Empezaron mezclando perfumes en sus tocadores de manera intuitiva hasta que el comportamiento fue captado por el mercado y rebautizado como fragances layering: kits de dos fragancias compatibles entre sí que pueden combinarse o no según la ocasión“, explica Marta Harff.