Contraer deudas no es algo malo en sí mismo, y hay maneras de hacerlo responsablemente. Algunos consejos y la opinión de Damián Di Pace, periodista especialista en economía.
Si hay dos palabras que parecen no ser muy compatibles, esas son “deuda” y “responsabilidad”. Sin embargo, el endeudamiento responsable existe, y puede ser muy útil. Se trata de una alternativa de financiamiento que le permite a una persona acceder a cosas que, de otra forma, serían imposibles de obtener.
Básicamente, hay distintos “tipos de deuda”, y no todas ellas son malas: cuando esta es necesaria o puede ayudar a alcanzar un objetivo que de otra manera no se podría alcanzar, utilizar herramientas de financiamiento no está mal. Claro, siempre y cuando no sobrepase la propia capacidad de endeudamiento. Es decir, poder pagar lo que se debe sin la necesidad de bajar la calidad de vida, desesperarse por llegar a fin de mes o tener que pedir varios créditos para cumplir con las obligaciones. Acá es donde entra a jugar la responsabilidad.
“Muchas personas en la Argentina necesitan endeudarse, pero tienen imprevisibilidad sobre el costo y respecto de sus ingresos futuros, porque la inflación está complicando el poder adquisitivo”, comenta Damián Di Pace, periodista especializado en economía. E indica: “Lo que tenemos que evaluar es cuál es el costo del dinero. El costo del dinero es igual a la tasa de interés más el costo financiero total (costo administrativo de una operación). Tenemos que evaluar cuál es el costo del dinero cuando me endeudo, respecto al flujo futuro de dinero que voy a tener”.
Es clave no confundir la capacidad real de endeudamiento, o sea, lo que en serio se puede afrontar, con el límite de crédito que dan las entidades financieras.
“Se estima que la proporción más saludable de deuda respecto al nivel de ingreso es del 30 por ciento. Es más o menos la cuenta que hacen los bancos para saber si te pueden otorgar un préstamo. ¿Cuánto podría pagar esa persona por mes? Y… alrededor del 30 por ciento de sus ingresos”, explica el especialista.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Para endeudarse responsablemente es importante seguir algunos de los siguientes consejos.
-Informarse: es la clave de cualquier tipo de financiamiento. Esto es, saber cuánto se va a pagar de cuota, cuál es la tasa de interés y cuánto el total de las comisiones.
-Utilizar pocas tarjetas: esto permitirá tener mejor controlados los gastos, ahorrar en mantenimiento de cuentas y, sobre todo, evitar la tentación de “tarjetear” impulsivamente.
-Armar un presupuesto personal. Es útil para controlar los gastos. Resulta conveniente destinar siempre un porcentaje al ahorro.
-Conocer la propia capacidad de endeudamiento para mantenerse dentro de los márgenes de la responsabilidad.
-Pensar seriamente si se necesita el crédito o el préstamo, o si este realmente conviene.
El secreto del endeudamiento responsable radica en saber dónde está el límite y no pasarse de la raya. Evitar la tentación de la tarjeta en exceso y vivir de préstamo en préstamo, y alcanzar los objetivos informándose y prestando atención.
