¿Qué es el estrés financiero?

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Muchas personas lo padecen y no lo saben. ¿De qué se trata y cómo afecta a la salud y la vida cotidiana? Charla con psicólogas especialistas, y una “yapa” para bajar unos cambios. 

En 2022 el Banco Mundial publicó un estudio que indica que dos de cada tres personas en países en desarrollo sienten estrés financiero. Se trata básicamente de una serie de situaciones relacionadas con el dinero que generan malestar en el día a día. Por ejemplo, cuando se dedica mucho esfuerzo y tiempo a decidir en qué gastar o cómo ganarle a la inflación, o cuando cuesta cubrir los gastos o se advierte que hay poco margen para el disfrute debido a limitaciones económicas. Todo eso genera una hiperactividad mental y una sensación de que “la cabeza no para”. Esa vulnerabilidad en torno al dinero puede traducirse en irritabilidad, apatía, tristeza o, incluso, en síntomas físicos, como ansiedad o insomnio, entre otras.

“Cuando existe tanta inestabilidad económica, la manera en que experimentamos nuestra relación con el dinero está influida por el contexto tan fluctuante y complejo”, dice Agustina Acuña, licenciada en Psicología y socia fundadora de SUKHA, consultora de salud mental organizacional. La profesional señala que la incertidumbre produce cierto “estrés financiero”, y aclara que va entre comillas porque no es un concepto propio de la psicología. 

EL DINERO

El dinero resulta estructurante en la vida de las personas. Tener o no tener plata influye en la manera de comprar o consumir, en la relación con el entorno y en la construcción de la identidad. 

“Como seres humanos, tenemos necesidades de distinto tipo. Hay cuestiones de base, como alimentarnos y abrigarnos, y aspiraciones y gustos que nos definen desde lo individual. También nos vinculamos con otros y queremos ‘sentirnos parte’. En este punto aparecen los estándares sociales de lo que es deseable y que nos definen desde el grupo al que pertenecemos. Todas estas cosas, que se afectan entre sí y hasta entran en conflicto, están atravesadas por el dinero. Por eso resulta tan determinante: porque hace posible (o no) todo lo que es importante para nosotros”, explica Natalia Bermúdez, investigadora estratégica en Naranja X y socióloga. 

BAJAR UNOS CAMBIOS

“Es importante distinguir el estrés normal ante una situación a la que nos debemos adaptar, de cuando se nos fue de mambo la cabeza pensando cosas que nos exceden y ante las que no podemos a corto plazo realizar ninguna jugada”, aclara Gabriela Yurquina, licenciada en Psicología y socia fundadora de SUKHA. 

La profesional invita a hacernos preguntas para no gastar pólvora en chimangos:

  • Para resolver lo que me estresa financieramente, ¿puedo hacer una acción a corto plazo? Si es así, lo que decido se agenda. 
  • Si lo que me quema la cabeza no depende de mí ahora, después de un breve análisis, es hora de volver al presente y evitar seguir girando sin fin con pensamientos futuristas.

“Ayuda también ampliar el foco; cuando un área de nuestras vidas se lo lleva todo, es útil recordar que podemos crecer en varias direcciones y nutrir otras áreas, como el cuidado del cuerpo, acercarnos a los afectos, mimar el alma o contemplar el ritmo de la naturaleza”, concluye Yurquina.

Para conocer más sugerencias sobre cómo disminuir el estrés financiero, se puede visitar el blog de Naranja X “Hablemos de plata”, con ideas y herramientas simples para ingeniárselas día a día.