Cómo armar un presupuesto para 2024

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Contar con un presupuesto anual ayuda a reducir la incertidumbre y a fijar metas claras. El paso a paso y algunas sugerencias para crear uno que sea realista y pueda cumplirse.

¿Qué mejor que empezar el año con una hoja de ruta clara y realista en materia económica personal y familiar? Armar un presupuesto es el primero de los consejos que brindan los especialistas en finanzas. Es que ni una empresa, ni un gobierno ni una persona pueden andar con éxito por la vida sin uno. Contar con esta herramienta permite hacer un mejor uso del dinero, ser consciente de lo que se tiene y de lo que falta, y así lograr fijar objetivos y cumplirlos. 

EL PASO A PASO

Para comenzar a crear un presupuesto, los primeros pasos son:

1) Identificar ingresos y egresos

Todo es dinámico, y tanto los gastos como los montos de dinero que se reciban pueden ir cambiando a lo largo del año. Pero hay que pararse en un punto de partida e identificar cuál es ese dinero que se debería cobrar mes a mes, y cuál ese que se va a ir. 

Esta es una autoevaluación, por lo cual es muy importante no mentirse, ya que el único perjudicado es uno mismo.

2) Registrar los ingresos

El segundo y tercer paso es registrarlos. Primero, los ingresos. Acá se deben tener en cuenta todos, empezando por el sueldo neto (no el bruto), que es lo que se percibe “en mano”. Aguinaldo y bonos también se tienen que anotar en el mes que corresponda. Y, por último, incorporar aquellos ingresos variables, como el plazo fijo que vence y se acredita en tal mes, o lo que se podría ganar cuando se hace alguna “changuita” extra en determinadas épocas del año. 

3) Registrar los gastos

Esta etapa es muy importante, y es en la que hay que anotar los gastos fijos y los variables. Los primeros son aquellos que se repiten cada cierto tiempo y cuyo monto se conoce con antelación, mientras que los variables fluctúan todos los meses y, aunque no sean fijos, muchos también son inevitables.

Para registrarlos, se puede ir clasificándolos por los diferentes rubros, tales como “alquiler”, “alimentos”, “servicios” o “transporte”. También es útil –sin transformarse en un obsesivo– anotar los cumpleaños importantes; es decir, si en agosto hay tres aniversarios o eventos cruciales que siempre ameritan regalos, ¡más vale incluirlos! A pesar de que todavía no se sabe qué se va a comprar, o cómo se van a celebrar, se puede aprovechar para fijar un límite a ese gasto, y anotar ahora la cifra, o prepararse para contar con algún ahorro o dinero extra.

¿En Semana Santa se desea hacer una escapadita? ¡Mejor dejarlo registrado en el presupuesto! ¿En junio toca el service del auto? Se anota.

Este paso amerita concentración al 100 por ciento. No se trata de hacer futurología, sino de conocerse y planificar de antemano para alcanzar los objetivos.

4) Evaluar el dinero disponible

Una vez que se realizó todo lo anterior, hay que tomarse el tiempo de hacer un examen exhaustivo sobre el presupuesto inicial con el que se cuenta, que sale de la resta entre los ingresos y egresos. 

Esta cuenta debería arrojar resultados positivos, pero si eso no sucede, es mejor notarlo ahora para tomar cartas en el asunto, o sea, recortar algo o generar ingresos extra.   

5) Priorizar los gastos esenciales

Durante períodos de inflación, es crucial priorizar los gastos básicos, como alimentos, vivienda, servicios públicos y salud.

6) Crear un fondo de emergencia

Dada la incertidumbre económica, es fundamental tener uno que pueda cubrir los gastos durante varios meses en caso de pérdida de empleo o situaciones inesperadas (se pincha una cubierta, hay que mudarse, se rompe el calefón, etc.). Una vez creado, se proyecta a lo largo de los meses algo de dinero para alimentarlo o actualizarlo, así la inflación no lo desaparece. Y si se puede, conviene invertirlo en una cuenta remunerada o en un fondo común de inversión, así no se devalúa, pero está siempre disponible. Idealmente, se debería tener un monto que permita cubrir entre tres y seis meses de gastos fijos.

AJUSTAR EL PRESUPUESTO

No es cosa de crear un presupuesto anual y abandonarlo. Hay que ir actualizándolo para que se adapte a los cambios económicos y mantener un equilibrio financiero.

Armar un presupuesto personal durante épocas de inflación puede ser desafiante, pero sigue siendo obligatorio para administrar las finanzas de manera efectiva y proteger el poder adquisitivo. 

Por eso, es importante acostumbrarse a chequear las tasas de inflación. No es lo más placentero, pero ayuda a tomar decisiones financieras más informadas. No hace falta investigar demasiado: el INDEC tiene una cuenta de Instagram en donde se pueden chequear los datos al menos una vez al mes. 

ALGUNAS SUGERENCIAS

Para armar un presupuesto realista, es crucial hacer una evaluación del desempeño financiero del año que se va y usar los nuevos aprendizajes para no caer en los mismos errores. Entonces, hay que preguntarse y analizar: ¿En qué áreas se tuvo éxito y dónde se enfrentaron las dificultades? ¿Hubo muchas metidas de pata? ¿Los ingresos fueron suficientes? Si por casualidad se llegó a hacer un presupuesto 2023, aprovechar para comparar las proyecciones con la situación real. Si no, tomar nota para hacerlo el año que viene.

Algunas otras sugerencias son:

Identificar áreas de mejora. ¿Se podría haber gastado menos en alguna categoría? El nuevo año es un desafío para ponerse las pilas y no caer en las mismas tentaciones que hacen tambalear la economía. 

Establecer metas financieras realistas. Plantear objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y oportunos (se conocen como objetivos SMART, por sus siglas en inglés). No sirven metas como “quiero ahorrar mucha plata” o “quiero pagar alguna deuda”. ¿Cuánto dinero se necesita guardar, para qué y en qué plazo? ¿Qué deuda específicamente se quiere saldar, y en cuánto tiempo? 

Implementar nuevas estrategias de ahorro. Basándose en lo aprendido durante el año que acaba de terminar, apostar a nuevas estrategias de ahorro que permitan alcanzar las metas financieras. 

Al utilizar los aprendizajes del año anterior, se puede mejorar el enfoque financiero y tomar decisiones más informadas para alcanzar una mayor estabilidad y bienestar económico en el nuevo año. El éxito no es para quienes hacen la plancha. Así que ¡a sacarse la fiaca de encima y tomar una actitud proactiva para armar un presupuesto realista para 2024!