Casa nueva, vida nueva

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Cómo preparar a la mascota para una mudanza y ayudarla a adaptarse al nuevo hogar. Consejos para la previa, la jornada del traslado y los primeros días.

Foto: IStock

Una mudanza es algo que en sí no le gusta a nadie y que se puede empezar a disfrutar recién cuando se vuelve a ordenar la vida cotidiana. Por supuesto, esto vale también para una mascota, ya sea un perro o gato, que se ve “transportada” a un lugar que no conoce y donde tiene que aprender desde cero a organizar sus hábitos. Lo más probable es que el trajín de vaciar la casa que se abandona y el de armar la nueva le genere un estrés importante, y por eso es necesario considerar su bienestar durante todo el proceso. 

Lo ideal es acostumbrar a estos animalitos de a poco a que se viene un cambio muy grande e inusual. Por ejemplo, se recomienda que el perro o el gato conozcan desde antes la futura casa; que puedan entrar, olfatearla y caminar por sus ambientes. Si esto no es posible porque está ocupada, al menos que conozcan previamente la cuadra y algo del barrio que será también el suyo. Esto hará que, luego de la mudanza, su adaptación no sea “desde cero”. 

Como la nueva casa es para la mascota un hábitat completamente diferente al anterior, hay que procurar que tenga algo conocido a lo cual aferrarse, y para eso es muy importante mantener su entorno más íntimo. En concreto, se recomienda conservar la misma cama, la cucha, los juguetes y otros de sus objetos; e incluso no lavar sus mantas hasta que no pasen al menos dos o tres semanas, según cómo vaya progresando su adaptación. 

También se debe tener en cuenta que el perro o gato soportará muy mal el día de la mudanza, con el ajetreo de acomodar los muebles y sacar todas las cosas de las cajas. Por eso, se recomienda mantenerlo encerrado en una habitación tranquila con su cama, sus juguetes y su comida; aislado y a salvo del desorden. Será mejor esperar a que haya finalizado el movimiento antes de dejarlo salir a reconocer su “nueva casa” para que la olfatee en su totalidad, incluidos los lugares donde luego no se le permitirá entrar. 

Al mismo tiempo, es fundamental que tenga cierta libertad para elegir su propio rincón, espacio o habitación, donde dormirá y comerá. Una vez hecho esto, habrá que ayudarlo a que se adapte sin problemas a la nueva vida con sus horarios y rutinas diarias para comidas, paseos y horas de sueño. Si en los primeros días se siente incómodo y le cuesta adaptarse, habrá que armarse de paciencia y darle el tiempo que necesite, aunque sin dejar de cumplir con todas las rutinas: comidas, sueño, paseo y demás. 

Por cierto, los paseos van a servirle de mucho para calmar el estrés que le provocó la mudanza. 

EL VIAJE 

Durante el traslado de un hogar a otro, se recomienda guardar todos los objetos de la mascota en una sola caja y etiquetarla para poder identificarla con facilidad para acomodar al animalito con sus pertenencias apenas se arribe a la nueva vivienda. Si el tamaño de la mascota lo permite, se aconseja llevarla en una caja especial de transporte; en tal caso, lo mejor es comprarla con al menos una semana de anticipación. Además, se recomienda colocar en su interior alguno de sus juguetes o mantas, e incluso hacer que duerma alguna vez allí en los días previos para ayudar a que se familiarice con ella.