La tercera dimensión de la salud

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El uso de la impresión 3D en medicina gana cada vez más terreno. Se fabrican prótesis, implantes y réplicas de órganos para planificar procedimientos quirúrgicos. 

Foto: IStock

Mucha gente ya está enterada de que existe la impresión en tres dimensiones o 3D Print. Se trata de la fabricación de objetos a través de la “deposición” de un material fundido –que puede ser un plástico de alta resistencia o una resina sintética–, y a partir de un archivo digital hecho a su vez con un programa de diseño asistido por computadora (CAD). Si bien la impresión 3D suele emplearse en general para crear componentes mecánicos en serie, es cada vez más requerida también para usos médicos, aunque en este caso son siempre piezas únicas. 

En el campo de la medicina, uno de sus usos más habituales es hacer réplicas de órganos del cuerpo humano, que se utilizan cada vez más en cirugía para planificar operaciones de alta complejidad. Estas piezas permiten tener una visualización privilegiada de la patología del paciente antes de la intervención para elegir la forma más adecuada de abordarla. De hecho, su uso ya está muy difundido en especialidades como la cardiología, donde suelen elaborarse modelos 3D de un corazón y de los vasos sanguíneos. 

Imprimir réplicas de órganos en 3D es justamente la especialidad de Mirai 3D, empresa fundada en 2015 por jóvenes emprendedores que se conocieron cuando estudiaban Ingeniería Biomédica en la Universidad Favaloro. “Los médicos nos envían las imágenes, que pueden provenir de una resonancia o una tomografía, y a partir de estos archivos digitales se imprime un modelo 3D que es la réplica exacta del órgano del paciente”, explican. El órgano impreso en 3D sirve para ver y palpar el órgano en su forma y tamaño reales, y, en consecuencia, para “planificar los procedimientos quirúrgicos y así poder elegir los instrumentos más adecuados”, agregan.  

Por otra parte, la impresión 3D se utiliza también para crear piezas destinadas a reemplazar fragmentos de huesos destruidos o faltantes como consecuencia de fracturas. Es la especialidad de la firma Bioprotece, de Buenos Aires, que, entre otras especialidades, fabrica implantes para reconstruir faltantes de huesos del cráneo.  

En este caso, la materia prima utilizada incluye también un componente de metal, que por lo general es el titanio. Pero también es necesario contar con una impresora 3D de uso industrial, como la EP-M260, fabricada por la empresa china Shining 3D, capaz de imprimir piezas metálicas de altísima complejidad utilizando el metal en formato de polvillo y que se solidifica durante el proceso de impresión. 

En suma, un universo nuevo que, aunque todavía poco conocido, tiende a expandirse y a abarcar un espacio cada vez mayor en el campo de la medicina. 

ODONTOLOGÍA 3D

Una de las disciplinas de la salud donde la impresión 3D está ganando terreno es la odontología. De hecho, ya existen en nuestro país cada vez más consultorios y centros que la utilizan para fabricar implantes dentales a medida, ya sean coronas, pernos o cualquier otra prótesis. Están hechas a partir de imágenes digitales obtenidas por un escáner 3D y sus materiales son resinas, plásticos o metales. Una de sus principales ventajas es el ahorro de tiempo, al punto de que si el odontólogo tiene el escáner y la impresora 3D en su consultorio, puede empezar y terminar todo el procedimiento en menos de seis horas.