Yo, robot

0
136

Crece la tendencia a robotizar los procesos industriales. Hoy las nuevas generaciones se animan más con la tecnología y sus precios son cada vez más accesibles. 

Hoy en día, la robotización de una fábrica es una opción cada vez más accesible, y no solo para una élite, sino también para la pequeña industria. “Es una tecnología que está perfectamente al alcance de las pymes”, asegura el experto cordobés Enrique Videla, con tres décadas de experiencia en el rubro, tanto en el país como en el exterior, y actualmente socio de Grupro SA, firma tecnológica con sede en el Gran Buenos Aires. 

De hecho, Grupro brinda –también– soluciones robóticas a pequeñas empresas de cuatro o cinco empleados. Videla cita el caso de una fábrica de accesorios para camionetas (estribos y armazones para toldos), e incluso el de un emprendimiento familiar que se dedica a soldar accesorios de máquinas hormigoneras. “En todos los casos, automatizaron sus procesos productivos y consiguieron optimizarlos –cuenta–, porque el robot asegura un trabajo perfecto repetido hasta el infinito y jamás se cansa”. 

Explica que un robot es en sí una herramienta sin un uso específico que se puede adaptar para distintos trabajos: “Puede hacer los mismos movimientos de un brazo humano hasta la muñeca, y a partir de allí se le agrega la herramienta necesaria para un proceso específico, que puede ser un atornillador eléctrico, una soldadora o una mano mecánica que llene y apile cajas, o que encastre una pieza en otra”.  

Pero aclara que, en rigor, las empresas nacionales de robótica no fabrican el robot en sí mismo –que suele ser importado y llega listo para usar–, sino que se encargan de todo lo necesario para su puesta en funcionamiento. “Nuestro trabajo consiste en diseñar, fabricar e instalar el entorno del robot. Es decir, toda la estructura de sostén, apoyos y mecanismos de movimiento que deben funcionar alrededor de él para que pueda hacer su tarea específica”, describe, y agrega: “Por lo general, tenemos que programarlo solo la primera vez para que empiece a funcionar”. 

Uno de los rubros con los que suelen trabajar es el alimenticio: “Instalamos dos robots en una fábrica: uno recoge paquetes de galletitas de una cinta mecánica y las acomoda en una caja, y otro apila las cajas”. Y cada vez más, también, en la agricultura, actividad en la que hoy en día se volvió habitual usar robots “en las tareas de acopiamiento, embalaje y paletizado de los granos para adaptarse a las exigencias cada vez más rigurosas de la exportación”, asegura.

Todo un universo de innovación en el que los robots están presentes. De hecho constituyen, sin que lo advirtamos, la trastienda de muchos productos que forman parte de nuestra vida cotidiana. 

RECAMBIO GENERACIONAL

Existen dos factores que ayudaron en los últimos años a la adopción creciente de la robótica por parte de la industria nacional. Uno es la disminución de los costos de esta tecnología para las pymes: “Notamos que muchas fábricas pequeñas o medianas retrocedieron hace cinco o diez años al conocer los precios de los robots, pero hoy en día existen empresas en China, por ejemplo, que tienen robots a precios accesibles para pymes”, aclara Enrique Videla (Grupro SA). Pero también influye el recambio generacional: “Hoy es más fácil acceder a la información y hay menos miedo a dar ese salto”, asegura.