Estancias bonaerenses: Turismo campestre

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El disfrute de un día de campo, un fin de semana o incluso más tiempo está al alcance de la mano. La moda de las estancias que abren sus puertas al turista está presente en todo el país. Esta vez, proponemos un recorrido por algunas ubicadas en la provincia de Buenos Aires.

Caminatas en el bosque, cabalgatas desestresantes en espacios naturales cautivantes, una bicicleteada en familia sin el peligro de las bocacalles, una buena lectura bajo la sombra de una muy cuidada arboleda, gastronomía autóctona o tradicional de primerísimo nivel, contacto íntimo con la naturaleza, con los animales y con las labores campestres. Y todo a unos pocos kilómetros de los centros urbanos.

Para tomar unas seductoras minivacaciones en estancias, las alternativas son muy variadas, tanto en la provincia de Buenos Aires como en distintas regiones del país. Hay verdaderos circuitos integrados por cascos históricos, antiguos y remodelados, como otros más modernos, erigidos para tal fin. Los hay impresionantes por su tamaño y posibilidades de actividades, como otros más reducidos que convocan intensamente por su intimidad. La oferta abarca diversos gustos y posibilidades económicas al alcance del turismo familiar. Otra forma de recomponer el espíritu, el descanso y la salud, descubrir la actividad rural y, de paso, en muchos de esos lugares, darse una panzada con las delicias caseras, habitualmente elaboradas con los propios ingredientes de las estancias y con productos orgánicos que salen de la huerta y la granja. 

Si bien la pandemia trastocó todas las costumbres, desde hace varios lustros crecen y se reproducen las variantes para pasar unos reparadores días de descanso, confort y disfrute. Son muchas las ofertas tentadoras. La invitación es conocer algunas del territorio bonaerense, en un recorrido virtual. 

La estancia La Raquel, en la localidad de Castelli, recuerda a la campiña francesa pero se disfruta en el campo argentino.

TIERRA ADENTRO

La imagen publicitaria es tan impresionante como la estancia misma. Las nubes se difuminan y aparecen los extremos de los altillos de un castillo ensoñador, de inspiración francesa, entre una arboleda centenaria propia de una película medieval. Con más de 200 especies de árboles, el parque fue diseñado por el distinguido paisajista Carlos Thays. “Relax y naturaleza en el campo argentino”, asegura el slogan. Se trata de una de las más espectaculares ofertas en este rubro y en la provincia de Buenos Aires: La Candelaria, ubicada en Lobos, en el km 114 de la RP 205. Sus habitaciones son de un estilo que va de lo tradicional a lo francés colonial, de una belleza que parece insuperable. Todos los servicios se reúnen en esta “estancia y polo club”: también ofrece “días de campo”, jornadas sin alojamiento para conectarse con la naturaleza e imbuirse de la tradición, con todos los servicios de la estancia, shows folklóricos, charlas históricas en el castillo y degustaciones de empanadas.

“La tranquera de Santa Elena ha sido abierta para disfrutar y ser parte de la naturaleza de una manera distinta, durante los 365 días del año”, anuncian en este otro establecimiento en el que se puede combinar el tiempo de ocio con actividades recreativas como caminatas al aire libre, cabalgatas, paseos en antiguos carruajes, juegos para niños, deportes y “sobre todo agradables y tranquilas veladas”. Está ubicada en la zona rural de General Las Heras, a escasos 2,5 km de la planta urbana de la “capital nacional del pato”. Tiene 150 hectáreas y debe su nombre a Elena Jorge Pueyrredón, sobrina del general que llegó a ser director supremo. Luego de cinco generaciones, los actuales propietarios prometen “el encanto de estar en contacto con la naturaleza” con una añosa arboleda y una entrada boulevard que rodea el pintoresco casco.

El lema de la estancia Villa María es “vivir mejor”. Su casco se reinauguró como hotel de lujo con 16 exclusivas suites y un restaurante gourmet en un predio a 10 minutos de la localidad de Canning. Fue erigida por Vicente Pereda a fines del siglo XIX. Son particularmente bellas sus 74 hectáreas de parque diseñadas por un discípulo de Thays, el paisajista Benito Carrasco, en 1917. La estancia posee en su casco histórico un magnífico palacio rural de estilo tudor-normando, con entramado en madera, planificado y erigido por el arquitecto Alejandro Bustillo en 1927: en la actualidad se trata de un muy atractivo hotel boutique. Ofrece también generosas cabalgatas y paseos en carruaje, y cuenta con canchas de tenis, fútbol y golf. La particularidad es que forma parte de un emprendimiento inmobiliario con lotes de 1000 a 5000 m2. Se encuentra a solo 30 km del pintoresco Campanópolis, un pueblo de estilo medieval en pleno siglo XXI.

Muy cerca de San Miguel del Monte, a solo 120 km de CABA, en la estancia La Bandada se puede disfrutar de 80 hectáreas de puro campo argentino y a la vez avistar aves, participar de talleres de huerta y actividades campestres, y hospedarse en una casona estilo colonial sumamente elegante.

Por su parte, la Casa de Campo La Colorada se compone de una edificación muy colorida, tradicional, en medio de un gran terreno que, aseguran, es sumamente apropiado para senderismo y bicicleteadas, cuando no se disfruta de la gran pileta. Tiene amplias habitaciones, ideales para familias con chicos. Se encuentra a 8,8 km de Las Flores y a 15 de Coronel Boerr.

PAISAJES RURALES

La vista aérea de un muy particular laberinto gigante delimitado por una cuidada vegetación compuesta de pinos y otras arboledas es sencillamente espectacular. Pertenece a Puesto Viejo, una estancia ubicada cerquita de Cañuelas, sobre el km 82 de la RN 6. En el corazón de las 220 hectáreas se halla una amplia casona baja, cuidada al detalle, que se integra a un club de polo. Es imperdible la biblioteca del living con estufa que conforma un particular ambiente en invierno. Ni que hablar de cada una de la decena de habitaciones desbordantes de antigüedades, con nombres que evocan a caballos que crecieron en sus pastos. Posee, además, un hotel boutique, alejado del casco: fue la casa donde vivía el gaucho que oficiaba de capataz del establecimiento. 

Muchas estancias ofrecen delicias caseras elaboradas con productos orgánicos de sus propias huertas y granjas.

También en Cañuelas se encuentra la estancia Pampas del Sur, con su casona de color rosado viejo, remodelada a nueva y convertida en un hotel rural de 16 habitaciones. Combina con modernas instalaciones adicionales. Se anuncia como “ideal para quienes quieren realizar miniturismo cerca de Buenos Aires” en un predio de 30 hectáreas. Imperdibles las delicias regionales de su club house.

Otra que refiere a la época colonial es La Bamba, construida hace casi dos siglos en San Antonio de Areco. Sirvió de posta de correo en la original ruta de Buenos Aires al norte. En 1980 fue transformada en estancia y remodelada en 2006 para el confort de quienes transitan su edificio principal, su torre de vigilancia y sus antiguos establos, contenidos en un excepcional parque que muestra la historia bonaerense con una hermosura significativa. Su nombre deriva del de la palabra celta bahamba, que significa lugar de descanso y hospitalidad. 

Las estancias permiten variedades de eventos. Desde los breves descansos familiares hasta los casamientos.

PARA TODOS LOS GUSTOS

A escasa distancia, se encuentra una estancia histórica, El Ombú de Areco, con sus 300 hectáreas en las que se crían ganado Aberdeen Angus y caballos. Es especialmente atrayente su casco, que data de 1880. Fue adquirida en 1934 por la familia Boelcke, que decidió comercializarla desde hace más de 25 años para que el turismo disfrute de sus once confortables suites, su restaurante, las piscinas, los salones de juegos y las canchas de fútbol y de vóley, así como de cabalgatas y paseos en sulky o carruaje. En su sala de estar suelen generarse shows folklóricos con música y baile, y en su gran parque, demostraciones de doma india o de manejo de tropilla.

La zona es la Horqueta de Rojas, a un costado de la RP 45. Hasta allí llegó una familia de inmigrantes franceses que construyó dos elegantes casonas de similares características. Fue a finales del siglo XIX, y desde entonces sus dueños recibieron cálidamente a familiares y amigos. Desde hace algunos lustros conforman La Magnolia, un club de campo muy propicio para pasar algunos días en familias, con amigos o con distintos grupos. Un sitio con un entorno particularmente tranquilo y confortable. 

Para quienes prefieren otras características y estilos, está el hotel Wyndham Garden Luján, presentado como un “resort de campo 4 estrellas”. Es un imponente edificio de color beige, con 32 habitaciones con vista al campo de polo. También ofrece el exclusivo Oasis Spa, con piscina climatizada, sauna, hidromasajes y salas de masajes; y, en el primer piso de la casona, el restaurante La Perdiz, especializado en “comida gourmet de campo y asado”. Con amplios espacios verdes, se lo encuentra sobre la RN 6, a una hora de CABA. 

Rodizio Campo pertenece al mismo segmento, en la RN 5. Son unas 60 hectáreas con ingreso sobre la avenida Presidente Raúl Ricardo Alfonsín, con la curiosidad de que también ofrece particulares casas rodantes para ser habitadas, en medio de su bosque.  

Un desayuno en medio del campo es otra de las posibilidades extraordinarias que brindan las estancias.

OTRO ESTILO

El fondo de la laguna de Chascomús y su inconfundible fachada amarilla y roja le dan un toque muy particular a la estancia La Alameda. Juan Gregorio Girado tenía apenas 29 años cuando, integrante del cuerpo de “Blandengues” que fundó Chascomús, obtuvo una fracción de unas 10 mil hectáreas al noroeste de la laguna, construyó su estancia y plantó álamos, paraísos y diversos tipos de frutales, montó aljibes y jagüeles y muchas otras instalaciones. Fue en 1789. Más de 13 décadas después se mantiene este predio, propicio para una escapada breve o más prolongada. Se encuentra sobre el km 12 del Camino de Circunvalación de Chascomús, y entre otras muchas alternativas recomendables ofrece un exquisito almuerzo en La Matera, su restaurante de campo. Y por supuesto absolutamente todas las opciones campestres naturales de este tipo de estancias. 

Es una más de las muy diversas alternativas que brindan las estancias bonaerenses. Para disfrutar cada uno de sus rincones y saborear su historia. 

CON VISTA A LA LAGUNA

La estancia La Sistina se encuentra en Laguna del Monte, Guaminí, en el sudeste bonaerense. Se puede acceder a la isla por agua, mediante un pequeño y pintoresco viaje en lancha que demora apenas diez minutos, y también por aire, ya que cuenta con una pista de aterrizaje de 1200 m. Cuenta con un lodge de dos plantas y de 600 m2, con ocho amplias habitaciones, un gran living comedor rodeado de ventanales. La vista a la laguna es espectacular. Tiene piscina, un precioso parque, exquisita gastronomía, deportes acuáticos y todos los servicios necesarios para una excelente estadía.