BURBUJAS NACIONALES A LA ALTURA

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El champagne es ícono de las celebraciones desde hace casi cuatro siglos. Originario de la región homónima, desde Francia ha conquistado al mundo. El emperador Napoleón Bonaparte, uno de los símbolos militares y políticos más importantes de la historia de Europa, fue uno de sus primeros grandes impulsores al celebrar con champagne sus muchas victorias. Más tarde se convirtió en un vino de élite y en el favorito de los cosmopolitas y cortesanos de toda Europa, primero en la Corte Real Francesa y más tarde en las cortes de Alemania, España y Rusia. Actualmente sigue siendo el vino más elegido para brindar alrededor del mundo. En la Argentina hay una vasta cultura relacionada con las burbujas desde hace casi cien años, y hoy se puede decir que el consumo está bastante desestacionalizado. La calidad de los vinos y la diversidad que ofrecen han sido la clave para que muchos consumidores no esperen a un festejo o a fin de año para descorchar un vino espumoso, ya sea elaborado por el método tradicional de la Champagne (champenoise)
–botella por botella– o por el método charmat –en grandes tanques presurizados–. Y si bien el blend más elegido por los hacedores sigue siendo a base de Pinot Noir y Chardonnay –las uvas más utilizadas en la Champagne–, los espumosos nacionales de hoy ofrecen un carácter propio, con frescura, equilibrio y, muchas veces, con elegancia y complejidad, ideales para lucirse en la mesa. Por eso en la Argentina ya no hay nada que envidiarle al vino más famoso del mundo. 

 

TIPS

Llegan las fiestas, y con ellas las ganas de brindar; y este año más que nunca. Y el vino más elegido por los argentinos para la ocasión sigue siendo el vino espumoso. Pocos saben que la mejor copa para servirlo y disfrutarlo no es la flauta. Tampoco la copa abierta y chata, inspirada en los pechos de María Antonieta. La mejor copa para servir un champagne es la de vino blanco. Sí, porque se trata de un vino y vinificado como blanco, más allá de sus burbujas. Este tipo de copas, siempre servidas hasta el Ecuador (la parte más ancha), permiten apreciar también sus burbujas. Es cierto que no tanto por su recorrido, pero sí cuando llegan a la superficie. Además, al ser de boca más ancha, se pueden percibir mejor los aromas sin que moleste el gas carbónico. Por último, es la manera en la que el espumoso entra en la boca y tapiza la lengua con sus texturas vibrantes, combinación de burbujas y acidez sostenida.

 

MINIGUÍA DE VINOS

CRIOS ROSÉ 

DE MALBEC 2021

SUSANA BALBO WINES, PARAJE ALTAMIRA, VALLE DE UCO ($890)

PUNTOS: 89

Los vinos del año ostentan una gracia propia muy atractiva y son ideales para disfrutar en verano. Este joven y vibrante rosado está elaborado con uvas provenientes de Paraje Altamira, en el Valle de Uco. De aspecto tenue, pero aromas expresivos. En boca es refrescante y frutado, con fuerza y cierta estructura. Ideal para disfrutar por copa como aperitivo.

ENTRETANTOS 

TEMPRANILLO 2019

BODEGA VERALMA, TINOGASTA, IP CATAMARCA ($890)

PUNTOS: 89,5

Es la gran novedad de Catamarca, una de las provincias vitivinícolas más tradicionales. Tinto profundo, de aromas intensos a frutas rojas maduras con notas especiadas. Paladar franco y expresivo, taninos amables que resaltan su carácter y un suave dejo final ahumado de su breve paso por barricas (20 por ciento del vino en roble francés y americano por seis meses).

FABRE MONTMAYOU 

TERRUÑO RESERVA 

CHARDONNAY 2020

FABRE MONTMAYOU, TUPUNGATO, VALLE DE UCO ($1500)

PUNTOS: 90

Desde hace varios años, el hacedor uruguayo Juan Bruzzone se luce con los vinos de esta bodega. Hoy, estrenando línea, ofrece un Chardonnay de altura que presenta una nariz equilibrada, con dejos de frutas blancas. Paladar refrescante y amplio, con buen carácter y trago profundo. Un blanco para lucirse en la mesa con pollo al horno y pescados a la plancha.