Mal de muchos

0
177

La salud depende en gran medida de una columna vertebral flexible y adaptable a los cambios y las tensiones de la vida cotidiana. Cómo cuidarla. 

El de espalda es uno de los dolores más invalidantes. “Encabeza las causas de ausentismo laboral, y eso se acentúa en tiempos de estrés”, explica Christian Drueta, licenciado en kinesiología y fisioterapia, diplomado en quiropraxia e integrante de Punto Quiropráctico. Se calcula que una persona sufre cada año entre 9 y 13 episodios de este tipo. O sea que el malestar en el nervio ciático, la musculatura o los discos la acompañan casi un promedio de una vez al mes. Como si fuera poco, lo que suceda en la columna repercute en el sistema nervioso y, por ende, en el resto del cuerpo. “Cualquier disfunción en ella va a limitar el potencial innato que tiene el organismo para mantenerse saludable”, señala Drueta. Por eso aconseja prestar atención y observar no solo la postura, sino también cómo están el descanso, la energía vital, la digestión, la coordinación y el humor. Increíblemente, eso se relaciona de un modo u otro con la buena condición de la espalda. 

HÁBITOS QUE SI

Según el especialista, la clave para estar bien es vivir de forma activa y balanceada, con actividad física frecuente, dieta equilibrada, descanso adecuado, mentalidad positiva y estabilidad emocional, y asegurarse un cuidado y control de la columna de manera regular durante las distintas etapas de la vida. 

Para preservar a los más chicos, por ejemplo, el kinesiólogo pone el acento en dos puntos básicos a la hora de armar la mochila escolar: que el peso por cargar no supere el diez por ciento del peso de los niños y que usen una tira en cada hombro para evitar el desbalance muscular. Los adultos, por su parte, pasan varias horas sentados sobre todo por motivos laborales, y eso es un problema, ya que están mejor preparados para el movimiento que para permanecer quietos y en una misma posición por un lapso prolongado. “Debemos chequear nuestra postura: si nos miráramos desde el lateral, el oído, el hombro y la cadera deberían estar alineados, y las caderas por encima de las rodillas, sentarnos bien atrás para lograr soporte en toda la espalda, los hombros relajados y los antebrazos en un ángulo de 90 grados con los hombros, los pies apoyados en el suelo y cada 30 minutos ponernos de pie, respirar profundo y estirarnos. Esa breve interrupción vuelve a activar la musculatura postural, lo que ayuda a mantener las curvas en la columna, evitando las tensiones innecesarias que, de lo contrario, generan lesiones”, asegura Drueta. 

SÍNDROME DEL CUELLO DE TEXTO

El uso (y abuso) de teléfonos celulares, tablets, notebooks y videojuegos viene afectando la salud de la espalda y ya tiene un nombre: síndrome del cuello de texto, o text neck en inglés. “Es un padecimiento físico causado por la posición hacia adelante y hacia abajo del cuello, la cabeza y los hombros al interactuar con las pantallas. El resultado es una fuerte presión sobre la columna vertebral que termina originando dolor de cabeza, cuello, hombros y trastornos visuales”, explica Christian Drueta, y advierte que este síndrome puede provocar desde una hernia de disco o compresión de los nervios hasta cefaleas frecuentes y dolores musculares, o una deformación de la curvatura natural del cuello que desencadene una artrosis a edad temprana.