Los beneficios en las personas mayores

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Las mascotas dan alegría a las personas en cualquier etapa de la vida, pero sus ventajas se potencian en los adultos mayores, ya que son grandes generadores de energía positiva.

Los seres humanos tienen la compulsión innata de cuidar a los más indefensos. Como esto es algo que no disminuye con la edad, es ventajoso que los adultos mayores tengan una mascota a su cargo para cuidar, alimentar y darle cariño. La necesidad de ser útil y ayudar a otro es clave para que ellos se sientan integrados a la sociedad.

La ciencia ha podido determinar que las personas mayores que conviven con animales tienen menos estrés, menor presión arterial y valores más bajos de colesterol y triglicéridos. Por todo esto, van al médico con menos frecuencia y consumen menos medicamentos.  

Además de ser un buen remedio contra la soledad, convivir con una mascota estimula la comunicación, provoca demostraciones de afecto y promueve el contacto físico, que es un gran generador de energía positiva y sanadora. Por otra parte, el hecho de que el adulto mayor tenga la responsabilidad de alimentar a un animal mantiene más activa su memoria y su capacidad de concentración. 

Otra ventaja es que se fomenta el interés, ya que la mascota busca atraer la atención de su dueño con sus movimientos, pequeños ladridos e invitaciones a jugar. También ayuda a que el adulto mayor se mueva más –algo muy valioso en esta etapa de la vida– al encargarse de la comida, la consulta a la veterinaria cuando es necesario, el baño y los paseos en el caso de los perros. Este último punto tiene el “plus” de ser un poderoso estimulante social, ya que las personas que sacan a su perro suelen conversar con otras en la misma situación, generando vínculos humanos muy valiosos.  

Para elegir la mascota adecuada para un adulto mayor, lo ideal es buscar un perro de raza entre pequeña y mediana que no pierda pelo. Un animal obediente, cariñoso, alegre y compañero, que disfrute de los juegos y las caminatas, y que tenga buena salud es la mejor opción.  

En el caso de los pájaros (solo están permitidos los que provienen de criaderos habilitados) y los animales pequeños como hámsteres o cobayos, estos deben estar en una jaula que debe ser aseada a diario para eliminar olores desagradables. Manipularla, a veces, puede ser complicado para una persona mayor. 

En síntesis, la elección acertada de un animal de compañía puede ser una herramienta valiosa como parte de un programa terapéutico para asistir al adulto mayor y mejorar o preservar su calidad de vida. 

PALABRA DE EXPERTO

“Las mejoras y los resultados son evidentes”, asegura Mariana Sívori, especialista en el cuidado de adultos mayores y en recreación para la vejez sobre las bondades de una mascota en la casa de un adulto mayor. De todos modos, la experta sugiere que el perro sea sano, emocionalmente estable y que esté adecuadamente entrenado: se le puede enseñar a que no ladre por las noches para no sobresaltar a su dueño o a caminar siempre junto a él y nunca cruzarse por delante o entre sus piernas. “En esta etapa de la vida, el equilibrio y la fragilidad se acentúan, y una caída puede llegar a tener consecuencias de gravedad”, advierte.