Con “buen” corazón

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Cómo saber si una mascota tiene algún problema cardiológico y qué hacer en ese caso. Cuáles son los análisis más habituales y los más específicos.

Los animales suelen padecer las mismas enfermedades cardiológicas –del corazón o del sistema circulatorio– que los humanos, y con síntomas parecidos. La diferencia, en todo caso, es que ellos, es decir nuestras mascotas, no suelen expresar su malestar y por eso muchas veces no nos enteramos de sus dolencias. Sin embargo, es posible reconocer sus síntomas inconfundibles: debilidad, desmayos, dificultad para respirar, distensión abdominal y pérdida de peso son los más habituales.

La forma de estar al tanto de cómo está funcionando su corazón es a través de controles periódicos. “Cualquier consulta que se haga puede aportar información sobre la posible presencia de una enfermedad de corazón, porque hay males como los soplos o las arritmias que pueden detectarse de inmediato con el estetoscopio –asegura la veterinaria Viviana Arizio, de Buenos Aires–, y recién una vez que se los diagnosticó se los puede tratar”.

Arizio recomienda también consultar en forma periódica a algún veterinario especializado en cardiología y hacer todos los estudios recomendados, ya sea electrocardiograma, ecocardiograma o ecodopler (imágenes por sonido): “Es la forma de detectar patologías que hoy son perfectamente tratables”. Agrega que estos controles son necesarios sobre todo a partir de los diez años; y advierte que hay otros factores, como el sobrepeso, que también influyen: “Afectan directamente a las válvulas del corazón, es decir al bombeo de sangre”. 

Es importante tener en cuenta que muchos perros, ya sea por su raza, tamaño o edad, pueden tener predisposición a padecer distintas afecciones cardíacas. Por caso, las razas “grandes”, como el bóxer o el dóberman, suelen contraer con más frecuencia las cardiomiopatías (las enfermedades que afectan al músculo cardíaco o miocardio, que es el tejido muscular de las paredes del corazón). A la inversa, los canes pequeños, como el Yorkshire terrier, el pequinés y otros, son proclives a sufrir la degeneración de la válvula mitral, clave en el flujo de sangre dentro del corazón.   

Por último, para todos los perros es necesario estar atentos a la llamada insuficiencia cardíaca, cuando el corazón no tiene la fuerza suficiente para distribuir la cantidad necesaria de sangre a todo el cuerpo. La forma de detectarla es cuando se advierten síntomas como una debilidad frecuente o crónica, aumento del ritmo cardíaco, desmayos o colapsos, pérdida de peso o inflamaciones del abdomen. Estos son indicadores de que hay que revisar urgente el corazón de nuestra mascota. 

LOS FELINOS 

Los gatos en general tienen menos enfermedades del corazón que los perros, y además no suelen manifestarlas exteriormente porque son asintomáticos. Una de las más habituales es la insuficiencia cardíaca, que se manifiesta en la forma de un comportamiento más pasivo, menos apetito y una mayor frecuencia respiratoria o, a la inversa, dificultad para respirar (disnea). De todos modos, la forma adecuada de diagnosticarla es con una revisación clínica exhaustiva. Para eso se debe consultar y pedir todos los estudios, empezando por la rutinaria auscultación y, si hace falta, un electrocardiograma.