Ojos bien protegidos

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Cuáles son las patologías de los ojos y la vista más frecuentes en las mascotas. Cómo saber si las padecen y qué hacer para solucionarlo.

Fotos: IStock

Los perros suelen tener problemas de visión, igual que cualquier otro animal, y es algo que le puede ocurrir tanto a uno maduro como a un cachorro. Por suerte, hay señales que ponen a los dueños sobre aviso de que esto está ocurriendo para poder solucionarlo a tiempo. Por ejemplo, el hecho de que un can en forma constante parpadee o lagrimee suele indicar que padece conjuntivitis o que existe un problema de cataratas, las dos patologías más frecuentes. Hoy en día ambas se curan con operaciones casi de rutina. 

Aunque en ambos casos es indispensable la visita a un veterinario, también existen formas caseras de orientarse sobre cuál puede ser la enfermedad ocular de un perro. Si tiene cataratas, la pupila suele verse blanquecina o azulada en lugar de negra, como es habitual. En cambio, si se trata de una conjuntivitis –es decir, una lesión en la conjuntiva, que es la membrana que envuelve al globo ocular–, se suele enrojecer mucho la zona blanca del ojo. 

Otras veces, la pérdida de visión se debe a cuestiones que no requieren la consulta a un veterinario, sino cuidados que los dueños pueden tomar. Suele ocurrir que los perros no pueden ver bien a través de un flequillo grueso, y entonces es necesario recortarlo; lo cual sirve también, de paso, para evitar que el pelaje entre en contacto con los ojos y le cause alguna irritación, ya que en el flequillo suelen acumularse grasa, comida, suciedad y, por ende, bacterias.

A su vez, también es cierto que este pelaje protege a los ojos de la luz solar fuerte, el polvo del ambiente, insectos y ramitas o yuyos arrastrados por el viento. Por eso, se recomienda recortar el flequillo solo lo justo y hacerlo en las estaciones frías, cuando la luz del sol es más tenue, ya que si se corta en el verano los podría encandilar. La forma correcta de hacerlo es peinar primero el pelo de la cara en forma radial alrededor de cada ojo. También hay que tomar la precaución de recortarlo con tijeras de punta redondeada para evitar accidentes, en especial si la mascota se mueve. 

Por otra parte, esté o no cortado el flequillo, debe asearse al menos una vez por mes la zona alrededor de los ojos. La forma de hacerlo es con un paño o una esponja humedecidos en agua, limpiando muy suave sobre cada párpado y pómulo. Para todas estas tareas hay que tener el cuidado de acercar las manos, el peine, la tijera o el paño muy lentamente para evitar que el perro se asuste o se mueva, ya que su campo visual es mucho más amplio que el de los humanos. 

LA VISIÓN EN EL GATO 

La pérdida de la visión en los gatos suele ser consecuencia de la edad avanzada. Sin embargo, hay factores que pueden converger, como los traumatismos en los ojos causados por heridas, que muchas veces son consecuencia de sus piruetas, peleas o travesías arriesgadas. Hay señales que pueden alertar de que el gato sufre problemas de visión. Las más frecuentes son: ojos rojizos, que camine lento, que se desplace siempre pegado a las paredes, que muestre inseguridad cuando tiene que saltar, que haga movimientos más torpes o tenga miedo de andar en la oscuridad. Entonces será el momento de consultar al veterinario.