El pensamiento positivo

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“Ver el vaso medio lleno”, “levantarse de la cama con el pie derecho” o “querer es poder” son frases que inundan las redes sociales. ¿Pero para alcanzar la felicidad basta con solo proponérselo?

Por: Gabriela García

 

Como cada mañana, Liliana González buscó una frase motivadora para compartir con sus grupos de WhatsApp. En dos minutos había encontrado la idea para ese lunes tormentoso: “Aunque sea un día lluvioso, será un día maravilloso”. La envió con una seguidilla de emoticones con flores, pulgares para arriba y caritas sonrientes.

La cuestión es si realmente se puede tener un día glorioso con solo planteárselo. En otras palabras, si pensar en positivo ayuda a ser más feliz. La idea tiene defensores y detractores: para Liliana, la jornada va a ser perfecta, solo porque queremos que así sea. No importa si la lluvia nos moja los zapatos, si el colectivo tarda el doble en aparecer o si llegamos al trabajo con la ropa empapada. Hay que ser optimista, aun con lluvia, porque es el primer paso hacia la felicidad.

Los sabios budistas recomiendan transitar por el camino del medio. Sin una idea funesta de nuestra existencia ni la adhesión a la llamada “tiranía del positivismo”, que obliga a ser optimista a rajatabla.

 

DESARROLLO PERSONAL

Florentina Sassoli, quien lleva más de 20 años trabajando en counseling  y desarrollo personal, señala ante este mandato de ser feliz: “Está instalado, pero la felicidad está sobrevaluada y tiene un significado diferente para cada uno”.

“En mi opinión, lo que puede servir, no sé si para sentirse feliz pero sí con serenidad, es tratar de conocerse más e identificar esas vocecitas internas que todos tenemos. Son muy suaves y a veces no las escuchamos, pero nos orientan hacia donde tenemos que ir. En el cerebro hay reacciones neuronales que funcionan en automático desde los primeros tiempos del hombre y que le permitieron sobrevivir en situaciones hostiles. Hoy se activan igual que en esos tiempos. Es como cuando alguien dice que tuvo una corazonada: la información está ahí, pero no estamos entrenados para identificarla”, explica la counselor.

 

¿PRESTAR ATENCIÓN A LA INTUICIÓN?

Ante esta pregunta, Sassoli alude nuevamente a ajustarse a cada situación en particular. Como dicen los maestros sufíes (el sufismo es una corriente del islam de carácter ascético): “Cuando cueste tomar una decisión, hay que prestar atención a cómo nos sentimos ante cada opción. Si elijo A, me lo imagino y empiezo a sentir nervios, vértigo o miedo, es información valiosa. Si elijo B y me siento relajada y liviana, también es un dato clave. Ambos mensajes del cuerpo pueden ayudar a tomar la mejor decisión para nosotros”, concluye.

 

CONSEJOS PARA SENTIRSE BIEN

Por Florentina Sassoli

  • Antes de dormirse pensar en diez cosas por las que estemos agradecidos. Al agradecer se acelera la frecuencia de las vibraciones emocionales. Hay estudios que demuestran que prácticas como la meditación, el agradecimiento o el rezo ayudan a lograr serenidad.
  • No compararse con los demás. Dejar de lado el “deber ser” y aceptarse tal cual uno es.
  • No fijarse metas imposibles de cumplir: son un pasaporte a la infelicidad.
  • No violentar al cuerpo exigiéndole más de lo que puede dar.
  • Transitar por el camino del medio en situaciones muy polarizadas.
  • Conectarse con el interior de uno mismo y “escuchar” al cuerpo.