Electroestimulación: Resultados inmediatos, esfuerzos cortos

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Desde siempre, el deseo de la mayoría ha sido obtener más haciendo menos. En el plano del entrenamiento físico, la electroestimulación parece ser la respuesta a esa inquietud.

Por: Juan Martínez 

Foto: Gentileza X Body

 

Más con menos pareciera ser la ecuación perfecta. Eso es lo que persiguen (perseguimos) casi todos. Es una búsqueda para alcanzar mayor eficacia, disponer mejor del tiempo, y también un deseo de gratificación inmediata: todo, ya y fácil.

La tecnología y su evolución permanente contribuyen a estas pretensiones: el reloj, el despertador, la calculadora, el teléfono, la agenda, la cámara de fotos, la filmadora, el teléfono y muchas otras cosas más, desaparecieron como objetos individuales para ser un solo dispositivo que llevamos siempre con nosotros. Allí mismo, una manada de aplicaciones compite por nuestra atención con la promesa de resolvernos en pocos pasos y sin esfuerzo de nuestra parte casi todos los aspectos de nuestra vida: charlar con amigos, pedir comida, llamar un taxi, reservar un hotel, conseguir pareja, hacer trámites y mil cosas más.

Por fuera de este universo siempre hubo actividades que requirieron obligatoriamente nuestra presencia, nuestro tiempo y nuestro sudor. La actividad física es una de ellas. Tener un cuerpo tonificado y lucir bien (sobre todo en verano) exigen una serie de esfuerzos que muchos no están dispuestos a realizar, aunque cada tanto pongan a prueba su voluntad. Hace relativamente poco llegó a nuestro país el electrofitness, un método de entrenamiento con electrodos que desde hace algo más de una década se hizo fuerte en Europa apoyándose en su promesa de brindar resultados visibles en poco tiempo solo con un par de sesiones cortas a la semana.

La agitada vida de las grandes ciudades marida muy bien con este tipo de soluciones. Es en estas urbes y no en comunidades más pequeñas donde el método se instaló con mayor éxito. Y se entiende por qué: largas jornadas laborales con traslados extensos en medio de un tráfico caótico dejan pocos minutos libres en el día para dedicarles a la familia, los amigos, el esparcimiento y alguna actividad personal. Los 20 minutos de las sesiones de electroestimulación encajan justo en medio de la clásica hora para almorzar que tienen los oficinistas, por ejemplo.

Aunque la oferta en el sector viene en crecimiento en el país (hay compañías alemanas, españolas y húngaras que poseen filiales locales que comercializan sus dispositivos), por el momento es una actividad de “nicho”, y se requiere un entrenador por alumno (aunque la configuración de algunos modelos permite entrenamientos en grupo, en la empresa X Body lo desaconsejan y en Just Body reducen los grupos a dos o tres personas), lo que implica un precio alto por cada sesión. Esta búsqueda de gratificación inmediata, entonces, no se encuentra al alcance de todos.

“Es una actividad muy buena para personas que se encuentren en rehabilitación de alguna lesión”. Eduardo Escot

Eduardo Escot, entrenador, considera que la presencia de diferentes empresas permitirá bajar los valores y prefiere poner el foco no en la velocidad de los resultados, sino en los posibles usos del método: “Es una actividad muy buena para personas que se encuentren en rehabilitación de alguna lesión o de la tercera edad, porque mejora la masa muscular y la densidad ósea sin cargar las articulaciones y sin provocar lesiones”.

“Yo entrenaba tres veces por semana con un personal trainer y andaba bastante en bici. La verdad, no conseguía bajar de peso ni tampoco me veía moldeada. No me sentía bien. En cinco meses de electroestimulación empecé a ver los cambios. No fue mágico, de un momento a otro, pero sí más eficaz que lo que hacía antes”, asegura Rosana Ponce, que es parte de la mayoría que se acerca a este sistema no como un deporte, sino como un tratamiento estético. Agustina Mazza, instructora, confirma ese perfil como el del usuario promedio: “Viene mucha gente a la que no le gusta demasiado hacer actividad física y a la que le resulta motivador ver resultados a la cuarta o quinta sesión de entrenamiento. Es muy estimulante para un sedentario al que no le gusta hacer actividad física saber que, si dispone de 20 minutos, dos veces por semana, puede reducir su porcentaje de grasa y conseguir que le duelan menos las rodillas”.

Hay quienes consideran, sin embargo, que se trata de una actividad deportiva, como Lorena Calvo: “Yo no voy a que me paren la cola, sino a estimular y ejercitar todo el cuerpo. Es una actividad completa, integral y deportiva. No es algo pasivo”, asegura. De todos modos, hace una aclaración: “Para mi edad, en la que no quiero correr maratón ni nada por el estilo, es ideal”. Y ahí está el quid de la cuestión: tener el cuerpo de un maratonista, pero sin correr los 42 kilómetros. Más rápido, más fácil.

Algunos especialistas, sin embargo, prefieren los entrenamientos tradicionales, como Germán Laurora, coordinador de programas de entrenamiento en Megatlon y autor del libro El personal trainer científico, quien asegura: «Los que entrenan lo hacen para mejorar su calidad de vida. En cualquier método, antes de darles volumen e intensidad a las personas, hay que evaluar su calidad de movimientos, sus capacidades. El proceso, que es más largoplacista, pero más funcional, ayuda a enfrentar la vida cotidiana: yo puedo tener la necesidad eventual de levantar cosas del piso, de trepar, de saltar, de jugar con mis hijos en cuclillas, y todos esos movimientos se entrenan”. Por su parte, el Portal de Información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que “la electroestimulación está contraindicada en el embarazo, en pacientes con marcapasos, en personas sin sensibilidad cutánea y en casos de insuficiencia circulatoria”, entre otros. Y recomienda “una vigilancia cuidadosa de esta práctica para impedir lesiones neurales”.

 

RESULTADOS

Entre los adeptos a la electroestimulación no solo hay gente que quiere conseguir resultados inmediatos con esfuerzos módicos, sino que algunos deportistas de elite incorporaron el método a sus rutinas de preparación física.

El caso más notorio es el de Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, ganador de ocho medallas de oro olímpicas y once títulos mundiales, además de los récords vigentes en 100 y 200 metros.

En la previa a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Bolt entrenó con dispositivos de la compañía Miha Bodytec, y los resultados lo acompañaron: obtuvo la victoria en sus tres presentaciones en Brasil.