La Rioja: destino de aventuras

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Caracterizada por sus altas temperaturas y su gente hospitalaria, esconde lugares mágicos. Como si fueran un secreto, hay que adentrarse en sus rincones para descubrirlos y dejarse maravillar.

Por: María Eugenia D’Alessio

Fotos: Secretaría de Turismo de La Rioja

 

La ciudad capital es pequeña y puede recorrerse a pie. Alrededor de la plaza 25 de Mayo están la Casa de Gobierno y la Catedral. En su interior hay murales que relatan la fundación de la ciudad y el Tinkunaco, colorida festividad religiosa que evoca el encuentro entre las culturas española e indígena los 31 de diciembre. En la misma plaza se realiza, cada julio, una gran feria de productos regionales.

A una cuadra está el Convento de Santo Domingo, uno de los más antiguos de la Argentina, construido en 1623 con mano de obra aborigen bajo supervisión española. Es Monumento Histórico Nacional y conserva las paredes de piedra y los dinteles de algarrobo tallado originales. Cerca se encuentran también los museos Arqueológico y Folclórico. 

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Alejándose del centro y yendo hacia la Quebrada, el paisaje cambia. En el cielo siempre hay algún ala delta o parapente sobrevolando; gente de todo el país llega para practicar estos deportes, ya que los vientos en altura son propicios durante todo el año. En el kilómetro 8 y al pie de los cerros está la iglesia Las Padercitas. Toda de piedra y madera, guarda en su interior ruinas de barro de cuando San Francisco Solano contuvo a los indígenas para que no atacaran al conquistador y los convirtió, dicen, gracias a la belleza de los sonidos de su violín. Dueño de una hermosura encantadora, el templo es Monumento Histórico Nacional.

A 30 kilómetros de la ciudad se ubica Sanagasta, un pueblo pequeño con circuitos de trekking y miradores. A la salida se halla el Parque Geológico, en donde se encontraron fósiles de nidadas de dinosaurios y de plantas con una antigüedad de 65 a 95 millones de años. Las réplicas de los gigantes a escala real permiten dimensionar su forma de vida.

Una visita obligada es el Parque Nacional Talampaya, para la que se recomienda salir temprano. En el camino está El Chiflón, en donde ya comienzan a verse formaciones geológicas y restos arqueológicos de más de 1200 años de antigüedad. Hay dos circuitos habilitados y guías que se contratan in situ para recorrerlos. Por su parte, Talampaya fue consagrado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 2000 y atrae tanto por su valor científico como por su singular paisaje. Con 215.000 hectáreas, es uno de los yacimientos geológicos de la era mesozoica y del triásico más importantes del mundo, y sitio arqueológico que resguarda restos de culturas milenarias. Además de la inmensidad de la geología, pueden apreciarse pinturas rupestres, morteros, fauna y flora autóctona. Contrastan el azul limpio del cielo y el rojo intenso de los muros. Hay varios circuitos y las excursiones pueden hacerse a pie, en combis y en bicicleta, de día o de noche. Se suspenden por lluvias y conviene reservarlas con antelación vía web.

Hacia el norte se encuentra Laguna Brava; se puede pernoctar en Vinchina y seguir viaje al día siguiente. Hay varios alojamientos; la mayoría ofrece desayuno de campo con panes y dulces caseros que vale la pena probar. Para ir a la laguna, conviene tener la excursión ya contratada y llenar el tanque de nafta en Villa Unión, 69 kilómetros antes de Vinchina; después puede que no se consiga. En el camino hay huellas de animales prehistóricos impresas en rocas, formaciones geológicas y paisajes únicos. En Jagüe, el último pueblo antes de la laguna, se venden riquísimas tortas fritas y empanadas caseras, de las que hay que probar solo una antes de subir, para no sufrir los efectos de la puna. Lo mejor es comer poco, liviano, y almorzar al regreso. Se recomienda llevar chocolate o té de coca, y tomar antes y durante la subida.

Aunque la temporada alta en La Rioja es Semana Santa y julio, la variedad de paisajes y actividades pueden disfrutarse durante todo el año.

Vale la pena detenerse en el Refugio del Peñón, una serie de amparos mandados a construir por Sarmiento para quienes trasladaban ganado hacia Chile. Pueden verse restos de los corrales y de los apostaderos de los arrieros. En el primer refugio, cuando el sol está vertical, se puede jugar con los efectos que producen los rayos de luz que entran por los respiraderos y se mezclan con el polvo en suspensión.

Hay que estar atento: vicuñas, suris, guanacos, llamas y zorros se mezclan en el paisaje, y hacen el viaje más vistoso. Ya a 4300 metros de altura, en plena cordillera, sorprende la laguna Brava, donde reinan la inmensidad, el aire puro y el silencio. Flamencos rosados y otras aves migratorias, que van allí para reproducirse, completan el panorama. En la laguna, de agua salada, se ven restos de un avión que cayó en 1964 después de cruzar el límite con Chile. A pocos metros del agua y al lado de un refugio está “el destapao”: dicen los lugareños que fue un arriero que murió congelado y, aunque su cuerpo fue enterrado, las piedras que lo cubren “se corren solas” en la noche y dejan ver los restos.

El regreso se hace por Cuesta de Miranda, por la Ruta Nacional 40; son 400 curvas con vistas de los valles que llevan a Chilecito, la segunda ciudad más importante de la provincia. Pueden visitarse dos estaciones del antiguo Ferrocarril Belgrano, que llevaba el mineral extraído del Famatina hacia el puerto de Rosario para enviarlo luego a Europa, y un museo temático.

Chilecito es la principal productora provincial de torrontés y actualmente se encuentra en desarrollo una ruta del vino. Muy cerca está Famatina, un pequeño pueblo dedicado a los nogales. En la iglesia frente a la plaza hay uno de los únicos tres cristos articulados de Sudamérica, hecho por los indígenas. Pueden visitarse las bodegas La Riojana y La Puerta, que producen también aceite de oliva; abastecen al mercado interno y exportan. En ambas hay recorridos por los viñedos y olivares, algunos en bicicleta.

Volviendo a la capital, hay una huella al costado del camino que lleva a la Cueva del Chacho: es la que utilizó el caudillo para huir de sus enemigos. Para llegar hay que trepar al cerro. Dicen que allí el Chacho hizo que un hombre siguiera por el camino con los caballos para despistar al enemigo, mientras él y sus oficiales subían a la cueva que tiene salida detrás del cerro, donde lo esperaban otros caballos para escapar.

Al recorrer la provincia, es importante ir mirando hacia los costados de la ruta, ya que muchos animales autóctonos son parte del paisaje.

Más adelante está la reserva natural Los Colorados, área protegida desde 2015 que se extiende por casi 20 mil hectáreas. El rojo intenso de sus tierras y murallas, el arte rupestre y el sonido del viento la hacen especial. Recorrerla puede tomar entre una y tres horas, a pie o a caballo, con guías. No hay servicios de gastronomía, por lo que se recomienda llevar el almuerzo.

AVISTAJE DE CÓNDORES

Estar en la cima de una montaña y sentarse a esperar a que los cóndores andinos sobrevuelen a pocos metros de la cabeza de uno es una experiencia única. Sus alas desplegadas miden más de tres metros. La sensación es indescriptible y aflora la pequeñez de lo humano. Para vivirlo hay que ir a la reserva natural Sierras de los Quinteros, en los llanos riojanos, al sur. Es uno de los lugares con mayor cantidad de ejemplares de cóndor andino del país. Para llegar se transitan, en unas tres horas desde la ciudad capital, 180 kilómetros entre pavimento y ripio. Hay allí una hostería familiar con restaurante donde sirven comida típica hecha por los dueños, con productos de cosecha propia.

A los miradores se sube a pie o a caballo, y el avistaje dura entre una y dos horas. Hay también pinturas rupestres, se puede escalar, hacer rapel o relajarse y disfrutar del silencio y la buena comida. Para alojarse en la hostería hay que reservar con anticipación.

VIENTO Y ADRENALINA

Si se busca adrenalina, el lugar es Vientos del Señor, en el barrial de Arauco. Una extensa superficie de suelo arcilloso es la pista ideal para hacer carrovelismo o kite buggy. El primero usa un vehículo de ruedas o patines, impulsado por la fuerza del viento gracias a una vela. El kite buggy es un carro que se mueve gracias al viento, que, a su vez, tracciona una cometa que lleva atada. En el camino hay que parar en Anillaco, en donde se pueden comprar aceitunas, nueces, jugo de uva, pastas de aceitunas y todo tipo de regionales.

DATOS ÚTILES

CÓMO LLEGAR

Desde la ciudad de Buenos Aires sale un vuelo diario de Austral. Hay colectivos de diferentes categorías desde varias provincias que llegan a la ciudad capital. En auto: desde Buenos Aires por Ruta Nacional 9 hasta Córdoba y, desde allí, por la misma ruta hasta la ciudad capital. Predominan los caminos asfaltados, pero hay tramos de ripio. Los caminos además son angostos y poco iluminados. Si se va en avión o colectivo, conviene alquilar vehículo al llegar.

QUÉ LLEVAR

Mucha agua, protector solar, anteojos de sol, gorra y manteca de cacao. Ropa cómoda: shorts, remeras, un jean, zapatillas y una campera de abrigo. Repelente de mosquitos y largavistas o cámara con teleobjetivo.

QUÉ COMER

Nueces y sus combinaciones (confitadas, con dulce de cayote o postres como quesillo, o en dulce de higo); variedad de aceituna Arauco y aceite de oliva; pasta de aceitunas y las aceitunas rellenas. La región de los llanos es muy famosa por su exquisita carne de cabrito, que suele degustarse tanto en asado como en estofados o guisos. Esta carne se potencia más cuando se combina con los vinos locales y se acompaña al final con postres regionales.

Las empanadas riojanas son fritas, jugosas y con papa; no hay que perdérselas.

Hay que probar el vino torrontés.

RECOMENDACIONES

Para hacer las excursiones conviene salir temprano. Tener en cuenta que hay muchas cosas para ver en el trayecto, por lo que se hacen paradas imprevistas. Además, los caminos no están en buenas condiciones.

Cuidado al manejar, ya que los animales se cruzan en la ruta.

Es muy importante respetar los tiempos de los guías, ya que ellos lo administran de manera de aprovecharlo y que alcance para poder hacer los paseos completos.

DÓNDE ALOJARSE

Hay propuestas diversas, como caba- ñas por un monto aproximado a los $700 una familia tipo (4 personas) o un hotel 3/4 estrellas de $1000 a $1400. Para más información: http//turismolarioja.gov.ar/2016/alojamiento.php.

Toda la información sobre dónde comer, dormir, qué agencia contratar y cómo llegar se puede consultar en la Secretaría de Turismo de La Rioja, ubicada en Av. Ortiz de Ocampo y Av. Félix de la Colina, ciudad capital, todos los días de 08.00 a 21.00 h.

Teléfono: 0054 0380 4426345; o mediante sus redes sociales.

Facebook: turismolarioja

Twitter: @SecturLaRioja

Pegado-al-refugio-está-‘el-destapao’,-en-Laguna-Brava.-Crédito–Julieta-Quiroga.
Parque-Geológico,-en-Sanagasa.
Laguna-Brava,-un-espejo-en-plena-cordillera.
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Geología-y-prehistoria-en-el-Parque-Nacional-Talampaya.
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Camino-a-Laguna-Brava,-a-todo-color.-Crédito–Julieta-Quiroga.-
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