El renacimiento del vermú

0
151

El vermú (vermut o vermouth) es una vieja costumbre que se estaba perdiendo. Popular hasta hace algunos años, cuando los viejos se juntaban en el bar de la esquina y los almuerzos familiares del domingo en lo de los abuelos era religión.

Pero la cerveza y el fernet avanzaron a fuerza de comunicación, y fueron impregnando a las nuevas generaciones. Así, poco a poco el momento del vermut desapareció. Pero ahora, de la mano de algunos bodegueros, el renacimiento de este clásico nacional, heredado de los inmigrantes, es una realidad.

Está elaborado a base de vino, que se fortifica con alcohol macerado con hierbas, cortezas, semillas, flores, cáscaras de frutas y especias; a veces con el agregado de azúcar. Puede ser rojo (tinto) o blanco, dulzón o seco, con texturas similares a las del vino, pero aromas y sabores más intensos y perfumados. Cada marca posee una identidad propia que se hace sentir en el paladar y se mantiene a lo largo del tiempo. Esta costumbre nació en Alemania, y luego pasó a Francia, Italia y España. Se toma como aperitivo antes de comer, porque el amargo suele ser el gusto más presente en el vermú, y eso ayuda a limpiar el paladar, alertar a las papilas gustativas y predisponer mejor a los órganos encargados de la digestión. Está claro que es una bebida muy diferente al vino, porque además de sus sabores particulares contiene más alcohol, y por eso se lo sirve con hielo, soda y, fundamentalmente, en los cócteles más clásicos como el Negroni y el Manhattan.

TIPS

Si bien la elaboración del vino termina cuando la botella sale de la bodega, hay algo que desvela a enólogos y bodegueros: el corcho. Porque no es solo un tapón, sino el guardián que debe preservar la correcta evolución del vino. Por su composición natural puede alojar moléculas de TCA (tricloroanisol), mal llamado “gusto a corcho”, porque el TCA también puede estar presente en la bodega, en las barricas o en los tanques. El TCA ha llegado a dañar hasta el cinco por ciento de la producción mundial del vino embotellado y encorchado, potenciando los tapones sintéticos y la tapa a rosca. Pero surgió el Diam, un corcho natural y revolucionario que contiene una emulsión de cera de abejas y un aglomerante vegetal, garantizando en un 99,9 por ciento la solución al problema. Esa es la razón por la cual cada vez más vinos de alta gama reemplazan sus corchos flor, relegando en apariencias, pero ganando en tranquilidad.

DESCRIPCIÓN BOTELLAS

El Bautismo Blend de Tintas 2017

La Liga de los Enólogos, Mendoza $128

86 puntos

Un grupo de jóvenes enólogos y amigos ha salido al ruedo con vinos diferentes desde el vamos, con la intención de cautivar a los paladares más jóvenes. Para este blend tinto original eligieron uvas italianas (Raboso, Nebbiolo y Lambrusco, entre otras). Es expresivo y generoso, con frescura y vivacidad, bien frutal, ideal para servir en ocasiones informales.

Pascual Toso Estate Cabernet Sauvignon 2017

Pascual Toso, Barrancas, Maipú $245

89 puntos

Su etiqueta es tan reconocible como su historia; no obstante, este Cabernet Sauvignon de zona tradicional se ha aggiornado desde la incorporación de Felipe Stahlschmidt (enólogo). De aromas intensos y amables, voluptuoso y fresco, con cierto agarre y un carácter de frutas maduras y especias. Es un vino para tener siempre a mano y servir con carnes a la parrilla.

Ricrodi Roble Cabernet Franc 2016

RPB, Mendoza $196

87 puntos

La moda del Cabernet Franc la están aprovechando muchas bodegas, aunque no todas con el mismo éxito. Acá hay un tinto de trago amable y ágil, de texturas suaves y paso liviano, con cierta tipicidad herbal, buena fruta y el roble integrado. Una novedad muy bien lograda que seguro se ganará un lugar en la góndola. Ideal para acompañar un lomo a la pimienta.