Debate familiar: la edad para tener un celular

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Hasta hace unos años, el dilema de los padres era si prestarles o no el auto a sus hijos mayores de 18 que ya habían aprendido a manejar. Hoy, el conflicto comienza mucho antes, cuando los niños empiezan a pedir un celular.  

Son las pantallas las enemigas de los padres que quieren criar bien a sus hijos? Por momentos, se siente así. El punto de quiebre de esa batalla es el momento en que los niños comienzan a pedir un celular. Ven a los adultos, que supuestamente luchan contra las pantallas, quedarse minutos hipnotizados por WhatsApp, Instagram o Twitter, y ellos desean lo mismo. Esa es la primera razón: el deseo del teléfono propio porque sí. 

Muchos adultos piensan que si ellos pudieron atravesar la infancia y la adolescencia sin teléfono, sus hijos también deberían hacerlo. Lo que quizás no comprenden es que hay un contexto que cambió, un nuevo entorno digital donde las relaciones sociales también suceden a través de ese canal. Los chicos, en algún momento, van a necesitar un celular, el tema es si hay una edad adecuada para dárselos.

“No hay una edad arbitraria ni biológica determinada que diga que un chico puede empezar a usar un celular”, señala la psicóloga Marisa Russomando, especialista en maternidad y crianza, también autora del libro Rutinas desde los pañales

Un informe de Unicef y Google presentado en febrero pasado señala que Argentina es el país de Latinoamérica donde más temprano los niños reciben un celular: a los nueve años en promedio. En este contexto, se comprende el consejo de Melina Furman, Ph.D. en Science Education y licenciada en Ciencias Biológicas que publicó varios libros, entre ellos, Guía para criar hijos curiosos, que dice que “lo mejor es darles un celular lo más tarde posible, para evitar la dependencia a las pantallas. La exposición a ellas genera una adicción biológica provocada por la dopamina, una sustancia relacionada con el circuito de adicción a otras”. 

Según la encuesta de Unicef y Google, los niños argentinos, además, son heavy users de Internet y redes sociales. “Los padres que tienen reglas estrictas sobre el uso diario de los dispositivos afirman que a más del 30 por ciento le permiten navegar más de tres horas por día. Somos el país que más porcentaje tiene de chicos que pasan más de cuatro horas navegando en Internet”, asegura el informe.

Entre las razones principales para que los chicos obtengan un celular a los nueve años, de acuerdo con el informe, el 26 por ciento de los padres aseguró que le dio un celular a su hijo para que juegue y vea videos, entre otras actividades; y un 23 por ciento respondió que era por razones de logística y seguridad familiar: para saber dónde están sus hijos cuando no están con ellos.

LA SOCIALIZACIÓN COMO VARIABLE DE AJUSTE

De acuerdo con la encuesta, solo el 5 por ciento relacionó el dar un celular a los nueve años debido a la presión social de los compañeros. En un primer momento ceder solo porque en el grupo de amigos el niño es el único que no tiene parece una insensatez. Sin embargo, las especialistas consideran que se trata de una interesante variable de ajuste. 

“Una buena brújula es promediar con el grupo social. A veces los papás, por postergar el momento, hacen que sus hijos se queden afuera del grupo social”, señala Russomando. Es que a través del dispositivo hoy se organizan salidas y programas, suceden cosas, hay juegos en línea para compartir y toda una serie de hechos que conforman un mundo al que solo se accede con un teléfono. 

“Lo importante es que los chicos tengan autonomía y autocontrol, que sepan cuándo lo pueden usar y por cuánto tiempo. Es fundamental sostener acuerdos en la familia”
Melina Furman. 

En la misma sintonía que Marisa Russomando, Melina Furman explica que es algo para discutir en familia: “Si empieza a suceder que parte de la vida social con los amigos pasa por el celular, entonces ahí hay un punto, y es que los chicos puedan tener un canal para vincularse”. 

¿ESTÁN PREPARADOS?

Es posible evaluar la madurez de los chicos y considerar si están preparados o no para ser dueños de su propio celular. “Es hacia el fin de la escuela primaria en que tiene más sentido que cuenten con un celular para ir ganando independencia”, señala Furman.

Si la edad oscila entre los doce y los trece años, habrá que tener en cuenta ciertos datos objetivos. La especialista en maternidad y crianza aconseja que “podemos evaluar si es una persona cuidadosa con sus objetos personales, si va a ser responsable de cargar siempre el teléfono, si entiende el valor del dinero y si comprende que lo que se publica en Internet no se puede eliminar”. 

La posesión del celular debe tener unas reglas de comportamiento que la acompañen. “Lo importante es que los chicos tengan autonomía y autocontrol, que sepan cuándo lo pueden usar y por cuánto tiempo. Es fundamental sostener acuerdos en la familia”, explica Melina Furman. 

“Se pueden establecer una serie de pautas que impliquen cuidado y responsabilidad. Primero, que si lo pierden, no hay reposición garantizada; segundo, que los llamados de los padres se deben responder siempre; tercero, que debe estar cargado; cuarto, el consenso de las aplicaciones y redes sociales que va a instalar y usar; quinto, que los padres puedan tener acceso libre al dispositivo; y sexto, que se respeten las normas relacionadas con los horarios de uso”, concluye Russomando. 

Manual de uso

Las especialistas recomiendan una serie de buenas prácticas de uso para evitar que el celular se convierta en una amenaza. 

– Advertencia. Que el niño sepa que si su rendimiento en la escuela cambia con el celular, su uso será más regulado. 

– Sueño. Los chicos no deben irse a la cama con el celular. Las pantallas generan trastornos del sueño e insomnio. 

– Estudio. El teléfono se apaga durante el tiempo de estudio. Así su uso se convierte en un incentivo. 

– Claves. Los padres deben conocer las claves de todas las aplicaciones de los chicos: el uso del celular debe ser transparente. 

– Contenidos. Explicar los problemas que pueden llegar a tener si suben fotos o palabras inadecuadas.  

– Información privada. Enseñar un uso prudente de Internet que evite a desconocidos.