La importancia de una buena alimentación

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Cuidar de nuestros animales implica, entre otras cosas, garantizarles que recibirán los nutrientes necesarios para que crezcan sanos y vigorosos. Recomendaciones para cada caso en particular.

Elegir el tipo de alimentación que consumirá nuestra mascota no es una decisión que debemos dejar librada al azar. Al nacer –y por 45 días– es la madre, con el calostro, la encargada de fortalecer el sistema inmunológico de su cachorro; después, estará en nuestras manos velar por su bienestar, por lo que será imperioso que, cuanto antes, concretemos una visita al veterinario.
Sin perjuicio de ello, es importante saber cuáles son las distintas opciones que existen y las más adecuadas, de acuerdo con las características de nuestro fiel amigo, para que esté siempre saludable.
Al igual que los bebés humanos, los perros durante el destete comienzan a ingerir comidas blandas. Para esta etapa, el mercado ofrece alimentos para cachorros que deben ser embebidos con agua hasta hacerse una papilla. Esto es lo indicado para los animalitos que han sido amamantados por sus madres; para los recién nacidos que fueron abandonados, el asunto es más complicado, ya que esa tarea recaerá en nosotros y es indispensable consultar con un profesional que nos guíe. A modo orientativo, en estos casos lo usual es darles en mamadera alrededor de 10 mg de leche maternizada artificialmente cada tres o cuatro horas (incluida la noche), e ir aumentando la cantidad gradualmente según criterio del médico.


COMIDA SANA, SIEMPRE

Pasado el destete, nuestros fieles compañeros requerirán una dieta sólida ajustada a sus necesidades, que variarán en relación con sus características y estilos de vida.
Los cachorros, que son inquietos por naturaleza y, por ende, despliegan una actividad física intensa, precisan alimentos ricos en proteínas, vitaminas y minerales, y en el caso de los pichichos de razas grandes también un adicional de calcio; no nos olvidemos de que sus huesos deberán ser lo suficientemente fuertes como para soportar el peso que tendrán de mayores.
Al llegar a adultos, sus requerimientos son distintos: ya no gastan tanta energía, por lo que debemos proporcionarles nutrientes acordes a su tamaño y masa corporal. Sin embargo, en este estadio entran en juego otras variables que debemos sopesar, puesto que las exigencias calóricas entre un perro que vive en un departamento y al que sacan a pasear un par de veces al día, y otro que cuenta con grandes espacios para correr y ejercitarse no van a ser las mismas.
Para nuestros queridos viejitos, hay fórmulas balanceadas especiales para ellos, con complementos de calcio y vitaminas, de fácil digestión –ideales para los que presentan problemas dentarios– y con una menor cantidad de proteínas, para protegerles los riñones.

CASERO O BALANCEADO

Siempre que la dieta sea equilibrada y completa para cada etapa de la vida de nuestra mascota, cualquier elección es buena.
La comida casera (no las sobras) debe incluir verduras, frutas y carnes magras para evitar la obesidad, y es recomendable en especial para los perritos que sufren trastornos renales o coronarios.
Por su parte, los alimentos balanceados están elaborados con todos los aportes nutritivos que necesita nuestro hocicudo en cada etapa, por cuanto si les damos la cantidad adecuada, nos aseguraremos de que no se excedan en el peso.
Acerca de las veces en que debemos darles de comer diariamente, hay diferentes opiniones; algunos veterinarios sugieren dividir su porción, de manera que coman poco, pero seguido; mientras que otros proponen dejarles la ración en su plato para que a lo largo de la jornada sacien su apetito.