Los jardines verticales son una buena opción para embellecer espacios al aire libre. Las distintas posibilidades y consejos para instalarlos.
Foto: IStock.
Aunque no llegue a emular a los legendarios jardines colgantes de Babilonia, una pared al aire libre engalanada con plantas y flores puede convertirse fácilmente en una de las máximas atracciones de nuestro jardín. Sobre todo, si el terreno –o patio– es pequeño, ya que así el “jardín vertical” servirá para abrir una nueva perspectiva donde recrear la vista.
El sistema más utilizado es el de los lienzos o mantas con “bolsillos” al estilo bolsas de canguro, dispuestos en una grilla, que son los receptáculos para las plantas. Los lienzos suelen estar hechos con una fibra geotextil, aunque también los hay de plástico, y cada bolsillo alberga una planta, de modo que, al crecer y derramarse todas hacia afuera, generan una atractiva vista de todo el conjunto.
Para instalarlo, el lienzo debe estar sujeto a un bastidor de PVC, el cual a su vez va montado en una estructura portante de madera o aluminio, para que la pared quede perfectamente aislada de la vegetación. Lo ideal es dejar una pequeña distancia de uno o dos centímetros, como si fuera una cámara de aire que proteja el muro de la humedad. Cabe aclarar que de esta forma también se los puede instalar en espacios interiores, donde además de su función ornamental ayudarán a oxigenar el ambiente y a absorber las emanaciones tóxicas.
Por otra parte, el combo incluye un sistema de riego por goteo a través de mangueras con orificios, y el agua se escurre por una canaleta de plástico ubicada en la base de la instalación, a modo de zócalo.
Las especies más apropiadas para plantar un jardín vertical son aquellas que además de bellas son resistentes a las inclemencias del clima. Entre ellas, pueden contarse la cinta o el helecho serrucho, flores como el geranio y la clavelina de mar, y, por supuesto, las suculentas, como las distintas variantes del sedum.
En cuanto al sustrato, si se elige cultivar con tierra en los bolsillos, esta debe ser rica en nutrientes: las mejores opciones son una mezcla de fibra de coco con humus de lombriz (60 y 40 por ciento) o tierra enriquecida con turba rubia o perlita. Así las plantas crecerán mejor y tendrán una vida más larga… igual que nuestro jardín vertical.
UN INVENTO FRANCÉS
Es habitual asociar el concepto de jardín vertical a los “tapices vegetales”, como los popularizados en nuestro país por una conocida cadena de productos de blanquería que los suele exponer en el frente de sus locales. Estas instalaciones de tipo público utilizan el sistema de “bolsillos” de fieltro con riego hidropónico, y se caracterizan por sus diseños muy elaborados, verdaderas obras pictóricas hechas de plantas y flores. El creador de esta técnica es el botánico francés Patrick Blanc, autor también del famoso mural verde del edificio Caixa Forum, en Madrid, frente al Paseo del Prado.
