Jardines cuidados con inteligencia

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Los sistemas de riego automatizado permiten programar el cuidado del jardín; se pueden manejar a distancia y desde el celular.

Las nuevas tecnologías llegaron hasta lo que parecía el último refugio de la nostalgia por la naturaleza: la jardinería. Pero no hay ninguna contradicción en todo esto, porque lo que en realidad hacen los sistemas automatizados de riego es optimizar en forma inteligente los recursos naturales necesarios para cuidar el jardín y, por añadidura, también el medioambiente.

Para ello, la opción más avanzada son los sistemas de riego preprogramado. Se manejan desde un dispositivo electrónico con display que se fija a una pared y permite ordenar remotamente la apertura y el cierre de los “surtidores” de agua del jardín. Así, se puede programar el riego para todo un día o un mes, organizando tanto los horarios como su duración y frecuencia, incluida la posibilidad de hacerlo en varias sesiones diarias de corta duración, en lugar de una sola y prolongada.

Todo esto, como es obvio, funciona sin necesidad de que haya alguien en casa, y hasta se puede programar también desde el smartphone. De hecho, es posible dividir el jardín en zonas diferenciadas, tales como canteros de flores, arbustos o césped, cada una con su propio surtidor y su plan de riego diferenciado e independiente del resto.

Por otra parte, las últimas versiones de estos sistemas incorporan –y si no los tienen, se pueden agregar– sensores inteligentes de lluvia, que detienen el riego programado cuando detectan que ya ha caído una cantidad suficiente o preestablecida de agua. Así, además de impedir el anegamiento del jardín, se evita el uso innecesario de agua y energía eléctrica.
En los últimos años, además, todos estos dispositivos de riego automatizado (la marca más difundida es la estadounidense Rain Bird) pueden incorporarse como una función más a la red domótica del hogar, una tecnología ya disponible en nuestro país que sirve para programar climatización, iluminación, música funcional y otras funciones de una casa. Todo manejado desde el celular a través de una aplicación.

Otra opción de ahorro es instalar un depósito de fibrocemento enterrado en el jardín diseñado para almacenar el agua de lluvia, y que se acopla a la red de riego a través de un caño también enterrado. Esta agua recolectada puede aprovecharse tanto para el jardín como para los sanitarios u otros usos, como el lavado de autos. Cuando el contenido del tanque está por agotarse, un sensor en la tapa envía una señal y se activa el mecanismo para volver a utilizar el agua corriente. De esta forma se aprovecha al máximo un recurso natural como la lluvia.

ILUMINACIÓN Y SONIDO

Más allá del cuidado del césped y las plantas, el control domótico del jardín sirve también para diseñar ambientaciones con luz y sonido. Por ejemplo, elegir cuáles de las lámparas ya instaladas utilizar según su ubicación o color, y programar la intensidad de su luz según se trate de una fiesta o una reunión íntima. Cada configuración se guarda en la memoria de la app y solo hay que seleccionarla desde la pantalla del celu. También se puede elegir la música para escuchar programándola en listas de reproducción, y así combinar audio con luces en un mismo archivo de memoria: todo con un solo clic.