Formador de formadores

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Enrique Macaya Márquez

Comentarista, periodista, maestro. Cuenta con el extraño récord de haber cubierto todos los mundiales de fútbol desde Suecia 1958.

 

Cuando me citaron al simposio que había organizado la Conmebol, no conocía ni tampoco imaginaba con qué temas me iba a encontrar. Los paneles estaban bien representados, con gente de trayectoria que llegaba a las reuniones con ideas asentadas sobre sus propias experiencias, y yo me encontraba allí para empezar a pensar en el futuro y destino de nuestros muchachos.

Allí volví a recordar a Estanislao Bachrach por algunos de sus títulos, por ciertos trazos que manifestaban sus conocimientos y reconocimientos hacia algunas verdades con poco uso.

Innovación, liderazgo, inteligencia emocional venían en apoyo de la idea de los padres del simposio, parecía que el libro Ágilmente venía en su ayuda, de eso se trataba en sustancia, poniendo el acento en lo deportivo, y más acá, en lo futbolístico.

“Cuando el prestigio y la experiencia ya no alcanzan, es imperioso indagar”.

Cuando el prestigio y la experiencia ya no alcanzan, es imperioso indagar, buscar nuevas herramientas para alcanzar objetivos que se suponen viejos, especializarse en el dominio de alternativas provenientes de un conocimiento más vasto, más completo, para ello, aquello de instruir a los instructores y de formar a los formadores es un camino que se puede recorrer acompañado.

Ya es hora de alimentar los conocimientos de aquellos sobre los que recae la responsabilidad de la enseñanza. Buscando completar el círculo, aprendiendo a aprender y aprehender, saltando de la esencia, del núcleo que básicamente debe manejarse hasta la obligatoriedad de conocer los medios técnicos por utilizar en ese campo que nos abre la posibilidad de entendernos con otro idioma, de manejar nuevas palabras.

Para todo ello habrá que enseñarles a los que enseñan. No alcanza con saber de qué se trata si no sabemos cómo transmitir de qué se trata.

Nuestras sociedades, desde el punto de partida hasta el punto de llegada, buscan nuevos alimentos, nuevas experiencias en el fondo y en las formas.

Hoy en día se habla de proyectos. A largo y corto plazo. Repartiendo las responsabilidades e intentando alcanzar metas y resultados. Se establecerán ciertas normas que se llenarán de palabras como “curriculum”, “experiencia”, “campañas exitosas”, “antecedentes”. O no.

La pregunta aparece como una caprichosa consecuencia. ¿Quiénes eligen a los que serán elegidos? O lo que aún es más complicado… ¿Cuál es la capacidad de aquellos que eligen a los que eligen…?

No quedan muchos caminos que apunten directamente al futuro. Y se sabe que tampoco hay tiempo para enseñarles a elegir a los que eligen cuando la premura maneja tiempos cortos.

Pero alguna vez habrá que empezar. Solucionemos el presente para saltar a un futuro a corta distancia. Paralelamente, volvamos con aquella caprichosa e insistente idea: instruir a los instructores, formar a los formadores, esperanzados en que acierten los que eligen a los que serán elegidos. Ágilmente.