La importancia de ventilar

0
11

El simple acto de renovar el aire de una casa o de cualquier espacio puede mejorar la salud de sus habitantes y prevenir enfermedades. ¿Cómo hacerlo correctamente?

Por Alejandra Clutterbuck

Nuestras abuelas tenían muy en claro que todas las mañanas se abrían las ventanas de la casa y se ventilaba, hábito que con las décadas fuimos perdiendo. Pero ¿por qué es bueno ventilar los espacios cerrados? Porque en ellos se encuentran sustancias nocivas para la salud. Así lo demostró un informe realizado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos en el que se prueba que el aire de los espacios interiores está hasta cinco veces más contaminado que el exterior. Un aire cargado puede contener excesivo dióxido de carbono, partículas de polvo, gérmenes e incluso sustancias tóxicas que desprenden algunos objetos con los cuales convivimos. Quienes no ventilan los ambientes –y esto también vale para las oficinas y los lugares de trabajo– se exponen a factores de riesgo para la salud, tales como el aumento de los gases tóxicos que liberan los objetos (alfombras, sillas, mesas y objetos de plástico, etcétera); el aumento de gases que se liberan en la cocina (que incluye a los productos de limpieza y sus químicos); y el moho que crece con el aumento de la humedad. La consecuencia directa en nuestra salud es la irritación de las vías respiratorias, el aumento de las alergias, infecciones y enfermedades respiratorias. “Las alergias son respuestas exageradas del sistema inmunológico al entrar en contacto con determinadas sustancias llamadas alérgenos”, explica Eduardo Raimondi, médico alergista, y agrega que “algunos agentes alérgenos son los hongos ambientales, los ácaros del polvo y los epitelios de algunos animales como perros, gatos y roedores”. De ahí la importancia de ventilar para deshacernos de los alérgenos.


Cómo ventilar

Los expertos aseguran que la ventilación de la casa debe hacerse tres o cuatro veces al día durante diez minutos. A su vez, las persianas deben estar completamente abiertas para permitir el paso del sol, un potente desinfectante. Además, debe haber más de una ventana abierta para que haya corriente de aire. Otra recomendación es (en lo posible) no secar la ropa en el interior, ya que produce moho doméstico.

Beneficios
• Oxigenación: Se reduce el dióxido de carbono, el gas que espiramos.
• Menos polvo: Las partículas de polvo son barridas por la corriente de aire.
• Frescura: El olor a encierro se va al renovar el aire de la casa.
• Entrada de sol: Los rayos ultravioleta desinfectan y matan algunos microorganismos.
• Humedad: Con la ventilación podemos regularla para que el aire no esté muy seco ni excesivamente húmedo.

Algunos tips
• Horario. Depende de la estación del año: en verano, es ideal por la mañana y a la noche. En invierno, el mediodía es un buen momento.
• Tiempo. Diez minutos es suficiente, pero si es más y en diferentes momentos del día, mejor.
• Habitantes. A mayor cantidad de personas en la casa, mayor ventilación se requiere.
• Dormitorios. Estos espacios deben airearse sin falta después de levantarse y antes de acostarse.
• Temperatura. Tratar de conservar el aire en 24 °C en verano y en 17 °C en invierno.
• Nivel de humedad. Debe ser de entre 35 y 50 por ciento. Menos, se resecan las mucosas; más, favorece el desarrollo de ácaros, bacterias y moho.
• Corriente de aire. Un buen aliado para quienes no pueden hacer una corriente de aire al abrir las ventanas es el ventilador. Si se lo prende cuando se abren las ventanas, el aire se renueva y circula.